Si tomamos la definición que nos da la RAE de almudí, veremos que nos deriva a alhóndiga cuyo significado es ‘casa pública destinada para la compra y venta del trigo. En algunos pueblos sirve también para el depósito y para la compra y venta de otros granos, comestibles o mercaderías que no devengan impuestos o arbitrios de ninguna clase mientras no se vendan.’ En resumidas cuentas, un almudí es un almacén de granos.
En el siglo XVI, concretamente en 1569, Cuenca ya cuenta con una de estas obras propias de la arquitectura civil. Hay que añadir que este edificio conquense, además de pósito real, también funcionó como conservatorio, gimnasio, museo… Aunque la calle donde se ubica queda con el nombre de Calle del Pósito.
Del siglo XVI conserva su portada, su rejería, sus escudos y diversos motivos ornamentales, varios de ellos con restos de policromía. La puerta y la parte más antigua son de estilo renacentista y, lo demás, rococó. El resto fue reformado en el siglo XVIII, en 1906 y actualmente también lo podemos ver en obras.
Es curioso que hoy en día seamos los turistas quienes volvamos la mirada a su fachada, cuando antes fueron campesinos, músicos o gimnastas quienes se adentraron en este recinto.
Ya en el siglo XXI dos filólogas, que no filósofas, tienen que verlo; así que Alba, ya sabes, todavía te queda mucho por conocer en Cuenca. Yo sólo dejo caer como idea de cumpleaños otra vuelta por aquí (además tienes permiso para tocar todos los picaportes que vuesa merced desee).