ALOFT QUERÉTARO (****)Carretera Querétaro - San Luis Potosí 10617Col El Salitre Jurica76127 Santiago de Querétaro
Habitación: 414Fecha de entrada: 10/09/2024Tarifa: 70€ (AD)
En una de las principales arterias de la ciudad, rodeado de edificios corporativos y de otros establecimientos hoteleros, encontramos el moderno y vanguardista hotel gestionado por la marca Aloft de Marriott. Un enorme cubo de cristal, a pie mismo de la carretera, nos recibe desde un enorme pórtico ajardinado con un gran logo de la cadena. Bajo dicho pórtico se pueden estacionar algunos vehículos para la carga y descarga de pasajeros. El cubo al que se nos abren las puertas automáticas de metal y cristal es enorme. Cristal de techo a suelo, llenando el espacio de luz. A la izquierda encontramos el acceso al restaurante, que ofrece música demasiado alta. También el espacio central tiene otra música moderna también quizá demasiado alta. A la derecha hay algunos curiosos elementos decorativos: un avión de juguete, unos sofás de piel en tono aguacate, algunas mesas bajas con revistas, una mesa de billar... Es la zona de espera de viajeros y también del bar que, tranquilo, se nos presenta allí mismo con un generoso surtido de bebidas.
En el centro del espacio hay un mostrador circular con tres puestos de trabajo. Algo desordenado en su interior con papeles, carpetas... Nos atiende una joven que rápidamente nos saluda amablemente, nos pregunta por el apellido y nos entrega un documento ya preparado para la firma, y un cartoncillo con la tarjeta de la habitación en blanco sin personalizar. Chequea el pasaporte, firmamos el documento y la joven, mientras nos explica los servicios y horarios del hotel nos acompaña hacia el ascensor. Nos indica que los snacks que hay tras la recepción (dulces, bebidas...) son de pago a excepción del café, que es de cortesía. Pasamos junto a una mesa con juegos para poder llevarse a la habitación, junto a una reproducción del hotel en hecha a escala con piezas de Lego y junto a una mesa alta con un ordenador y una impresora. Cruzamos una puerta de cristal que nos deja en un agradable jardín donde notamos excesivo ruido de la carretera contigua. Allí un corredor abierto, pero protegido por un techo de cristal nos conduce al edificio de las habitaciones. A la izquierda encontramos un bonito jardín con una sugerente piscina, y en el lado de la derecha un gimnasio y una sala para los clientes preferentes de la cadena en la que se sirve permanentemente snakcs y bebidas. Por otra puerta de acero y cristal entramos en el edificio de los dormitorios. Construido en piedra gris dispone de cuatro plantas con ventanas alargadas y estrechas que aparecen en la fachada de forma algo irregular. La planta baja está recubierta por una especie de caparazón de acero que brilla con el sol.A cado lado ascensores enormes de puertas automáticas de metal. Hay que acercar la tarjeta a un lector para que se active la botonadura metálica. Interior algo oscuro. Suelo de moqueta y espejo en la pared del fondo. Silencioso. Hay un cartel de información sobre el bar del establecimiento y un vinilo -algo deteriorado- en las puertas, de arriba a abajo, que explica algunas cosas sobre la cadena. Las puertas se abren en el cuarto piso a un rellano generoso con una mesa con un teléfono, un extintor, una gran papelera y una ventana al exterior. A derecha e izquierda se abren los pasillos de las habitaciones, indicadas por bonitos carteles en color azul verdoso. Moqueta mullida en tonos azules y verdosos, paredes recubiertas de vescom gris con pequeños apliques en forma de cubo que iluminan agradablemente el espacio. Junto a las enormes puertas de madera oscura con moderna cerradura de contacto con tarjeta hay un vanguardista muro con cuadros de colores. Sobre él se indica en un cuadrito el número de la habitación.Una vez abierta la puerta esta se cierra con bastante fuerza a nuestras espaldas. Cuelga del pomo interior un cartel de no molestar. La habitación está a oscuras y no resulta fácil encontrar un interruptor para prender alguna luz. A la derecha hay un pasillo largo que recoge el armario, el lavabo, el baño y la ducha. Allí encontramos un interruptor de Bticino -como todos los de la habitación- que nos ilumina esa zona. Un poco más adelante, y de frente, encontramos otro interruptor que nos ilumina el dormitorio. Antes de llegar a este, un display blanco de sencillo manejo ofrece los mandos del aire acondicionado que funciona con la modalidad automática de forma muy efectiva pero algo ruidosa.Allí mismo está el dormitorio. De buen tamaño y aire moderno y algo vanguardista. A la derecha dos camas grandes para ser individuales y pequeñas para ser dobles. Sobre un canapé de madera negra se ofrece un colchón de buen calibre y un suave nórdico. Además hay tres almohadas pequeñas muy cómodas y un rollo tapizado en tela de colores con motivos geométricos, similar al mural que hay junto a la puerta y al interior de los estores que hacen las veces de cortinas en las dos alargadas ventanas. Ambas camas están empotradas contra un gran cabecero de piel en color azul. Y todo ello apoyado en una pared de madera oscura con un alargado mural de tonos rojizos y marrones. Entre medio de las dos camas una pequeña mesilla acoge un teléfono con un cargador USB, un despertador retro de color azul coral, varios interruptores y un enchufe disponible bajo la mesilla. Sobre el cabecero de piel, en ambas camas, se presenta un aplique de aluminio con luz cálida y agradable para crear una buena sensación en la estancia.El descanso se hace agradable. Los estores de las ventanas, que se suben y bajan con una ruidosa cadena paran bastante la luz que entra del exterior. La insonorización exterior podría ser algo mejor y se escucha al fondo el murmullo del pesado tráfico de la carretera. La interior es también correcta, aunque se escuchan algunos portazos en habitaciones cercanas.
Toda la pared del frente, que se ubica a los pies de la cama, es un larguísimo escritorio. Sobre él, una lámpara de pie metálico y tulipa plateada. Unos enchufes disponibles, incluyendo uno USB. Sobre ellos, y entre medio de las dos ventanas, una enorme televisión de pantalla plana. A continuación del escritorio, en el mismo mueble pero un poco más bajo, hay un largo banco corrido tapizado en piel color burdeos que hace las veces de asiento y de maletero. Sobre él, tres cojines de tonos verdes y arena. Bajo la mesa, una cómoda silla de trabajo con ruedas y tapizada en un feo verde en forma de espiga -algo sucia-, y un par de papeleras de plástico. Paredes recubiertas de vescom gris metálico.El baño es alargado, al que se accede a la derecha de la entrada. En el lado izquierdo y sin puertas, se presenta un armario de madera, con dos colgadores con cuatro perchas en cada uno (normales con el logo de la cadena), un secador de pelo amarillo de buena potencia, la caja fuerte y una bandeja de cortesía para preparar café e infusiones con una cafetera, dos vasos de plástico y dos de cartón y dos botellas de agua mineral de cortesía, una tabla de planchar y una plancha. Debajo, una caja fuerte, y dos cajones en los que se encuentran la bolsa de la ropa sucia y un ejemplar del Nuevo Testamento.
En el lado de la derecha bajo un descomunal espejo que va hasta el techo hay una enorme y larga encimera de silestone blanca que acoge un cuadrado lavabo con una espectacular y moderna grifería monomando de grifo alto del que sale agua con escaso caudal. Junto a él un botecito de crema hidratante y una pasilla de jabón con una jabonera de plástico. Sobre la encimera, además, hay una caja blanca de pañuelos de celulosa; bajo la encimera, además de colgar una correcta toalla de mano, hay un minibar vacío. Una pesada puerta de madera recubierta de espejo nos separa del inodoro y de la ducha.
El espacio pasa a ser de porcelana blanca en las paredes con pequeñas piezas de corte hexagonal. En el suelo gres porcelánico gris. El inodoro, blanco con cisterna exenta a la que le falta caudal y presión. A los pies del inodoro un portarrollos de papel higiénico. Por encima, en una estantería de sencillo metal encontramos dos toallas de lavabo, tres de baño y el pie de ducha. Todo ese juego en blanco, mullido, sin personalizar de adecuada calidad. Sobre el toallero, en el techo, a la vez que la luz -algo fría- se activa un molestísimo y ruidoso extractor de aire. Y allí mismo encontramos la enorme cabina de ducha, protegida por una mampara de cristal de techo a suelo. Dentro un grifo monomando y un buen rociador anclado a la pared a buena altura. Expulsa el agua a una excelente temperatura y presión, pero quizá falte un puntito más de caudal. Anclados a la pared, un bote de champú, otro de gel y otro de acondicionador. Y entre medio una repisa metálica para dejar otros jabones.
Por la mañana, en el restaurante, con música a buen volumen, se sirve un cortito pero rico desayuno buffet. El servicio de bebidas (zumo, café...) es atendido. Se ofrece fruta cortada, algunos fiambres y quesos, huevos revueltos, bacon, salchichas, tortillas, frijoles, carnes y algunos dulces de hojaldre algo duros.
Después en la recepción, con una sonrisa, nos dicen adiós y se preocupan por ayudarnos en el siguiente tramo de nuestro viaje.
Calidad/precio: 8.5Servicio: 8Ambiente: 8.5Habitación: 8.5Baño: 8.5Estado de conservación: 8.5Desayuno: 8Valoración general: 8.5 Servicio: 8Ambiente: 8.5Habitación: 8.5Baño: 8.5Estado de conservación: 8.5Desayuno: 8Valoración general: 8.5