Hace unos días me topé con un documental sumamente interesante sobre un proyecto de Inteligencia artificial llamado AlphaGo. Básicamente se trata de un computador que juega.
Inicialmente fue creado para probar las capacidades “ neuronales” de la maquina, mas se dieron cuenta de que este estaba aprendiendo a través del método del ensayo y error, Evolución dirían algunos, razonamiento con esteroides dirían otros. El punto es que el proyecto continuó y se le enseño a jugar el ancestral juego del GO!, algo así como un primo lejano del ajedrez pero con muchas más variables.
Una vez que se le realizaron todas las pruebas, el equipo de desarrollo llamado Deep Mind lanzó su niño al mundo, obviamente probándolo con humanos quienes anticiparon una victoria contundente sobre la mente y creatividad humana ante la inteligencia Artificial … pero Alphago barrió con los jugadores incluso con aquel considerado el mayor talento de este juego.
Ante el asombro incluso de los propios padres del artefacto la maquina no solo superó a sus creadores sino que en algunos momentos deslizó visos de creatividad más allá de lo humano.
Así es, Alphago no solo aprendió sino que desarrollo su propio estilo de juego.
En un evento a cinco partidas alphago se impuso y la felicidad de los integrantes de Deep Mind dio paso. en una segunda victoria. a la inquietud y luego a la angustia
Es increíble que desarrollemos criaturas que eventualmente nos superarían y no veamos al abismo hasta que caemos en él.
Silencio esa fue la respuesta de la humanidad ante tan aplastante derrota.
Como seres humanos ¿nos definimos a través de la autodestrucción? Deep MInd y todos sus integrantes estaban tan preocupados de cómo llegar a desarrollar este portento que no se preguntaron si debían hacerlo, somos tan altaneros que llegamos a pensar que podemos controlar aquello que nos sobrepasa por el hecho de proceder de nuestra mente, hasta el momento parece ser así, basta ver lo que hemos hecho con el planeta.
Solo el tiempo dirá si estamos ante la historia del monstruo de Frankenstein o ante la historia del simpático robot que nos hace enternecer en las películas.
Te invito a ver este documental y reflexionar sobre las implicancias del mismo.
Buenas noches humanos donde quiera que estén…