Cuando se trata de dulces, la ciudad de Nueva York se lleva el pastel. Desde las tendencias pasajeras (¿Cronut, alguien?) Hasta los favoritos incondicionales (te estamos mirando a ti, a Cannolis. Y a los eclairs. Y a los macarrones.) No hay escasez de tentaciones. Pero las ofertas de postres de la ciudad de Nueva York van mucho más allá de esas delicias familiares, y eso se debe en gran parte a los muchos inmigrantes que vienen aquí, las recetas y las tradiciones culinarias en la mano. Un recorrido por las panaderías especializadas de Manhattan y sus barrios es un retrato de la diversidad que hace que la ciudad sea tan única. Recopilamos una muestra de dulces internacionales, cada uno de un restaurante al que es fácil llegar con una tarjeta MetroCard, por lo que no hay excusa para limitarte a las galletas de queso y galletas de chocolate en tu próxima visita.
1. Khao Nom
Cuando Saralai Sarapaivanit, que pasa junto a Jackie, se mudó a los EE. UU. Desde Tailandia hace varias décadas, no pudo encontrar muchos restaurantes haciendo tina tim krob, una delicia de sopa fría con pedacitos de jalea de pandan que se menean en una base de leche de coco apenas dulce junto con trozos de castaña de agua crujiente. Tampoco pudo encontrar muchos lugares para comprar calabaza dulce al vapor, pequeñas latas de crema de coco con maíz y perlas de tapioca en el fondo, o brillantes. luk chup Un dulce parecido al mazapán hecho con frijol mungo y moldeado para que parezca mini melocotones y tomates cherry. Así que ella y su cuñado abrieron Khao Nom, una panadería en Elmhurst, Queens, donde hacen la suya propia. Eso es solo una pequeña muestra de la selección de postres fríos y calientes servidos en este espacio de techo alto y relajado, donde las mesas son enormes losas de madera desgastada sobre bases de máquinas de coser antiguas. Quédese para pasar la noche y degustar el breve menú de platos de arroz de la panadería, o visite el restaurante tailandés Khao Kang, que está al lado.
2. Lee Lee's Rugelach
En esta ciudad sumamente diversa, encontrará hombres salvadoreños y colombianos que tiran pizzas, chinos que ruedan rosquillas, y un hombre nepalí y el ex sherpa del Everest que ha estado rebanando pescado ahumado en papel en Russ & Daughters, una de las más famosas del país Delis judías, desde 2002. Y luego está el legendario Alvin "Lee Lee" Smalls, un hombre afroamericano de Carolina del Sur que maneja un imperio ruge de su encantadora panadería vintage en Harlem. La pasta judía tradicional, algo así como un pequeño croissant con un carrete de masa más duro, pero igual de escamoso, enrollado con mermelada, chocolate o, en el Rugelach de Lee Lee Por un hermano (leeleesrugelach.com), ingredientes aún más creativos. Él vende más de 1,000 piezas de rugelach cada fin de semana y seguramente abordará una docena más el fin de semana que pasas.
3. Ole & Steen
En Dinamarca, Spandauer, KlobenY los bollos de carnaval son tan comunes como las donas y las galletas con chispas de chocolate. Esas delicias tradicionales son solo algunas de las especialidades de Ole & Steen (oleandsteen.us), una panadería con 89 puntos de venta en Dinamarca y 10 en los EE. UU. Pero con la apertura de la primera tienda de EE. UU. en Union Square en enero pasado, y dos más en las obras, los neoyorquinos pueden llenarse de esos pasteles y más. La panadería cuenta con estantes sobre estantes de Copenhague (mazapán envueltos en una corteza húmeda y escamosa), remolinos de canela, rodajas de mazapán y soplos de malvavisco, así como los mencionados anteriormente. Kloben Bollos (bollos blandos con pasas de cardamomo y clavo de olor) y spandauers, que se parecen a lo que llamamos danés. También hay una variedad de pan para la venta, incluyendo masas fermentadas hechas con un iniciador de 150 años. El lugar es una amplia cafetería con bebidas de café y smorrebrod (Sándwiches escandinavos de cara abierta) en el menú, así que siéntase cómodo e instálese.
4. Brooklyn Kolache Co.
Brooklyn Kolache Company (brooklynkolacheco.com), una cafetería bien ventilada en el vecindario de Bedford-Stuyvesant, que se está registrando rápidamente, vende todas las cosas que otros cafés de Bed-Stuy do: espresso, capuchino, matcha, panecillos veganos. Y vende algo que los otros no: kolaches. Un postre tradicional en la República Checa y Polonia que llegó a la fama en Texas, estos rollos dulces están hechos de una masa de levadura que envuelve rellenos dulces o salados. El PB&J, el chocolate y la mermelada se encuentran entre los que cambian regularmente, mientras que las selecciones sabrosas incluyen queso, huevos, pavo y salchichas. La propietaria Autumn Stanford, una expatriada de Texas, se enorgullece de su patria.
5. Al Sham Dulces y Pasteles
Lo que Nathan's Famous es para los perros calientes y Peter Luger Steak House es para el T-bone, Al Sham Sweets & Pastries es para el baklava. Es decir: un portaestandarte de Nueva York. Esta panadería jordana, solo en efectivo, se encuentra en medio de mercados Halal y restaurantes de Oriente Medio en un rincón de Astoria, un barrio que se ha vuelto cada vez más moderno en los últimos años. A lo largo de los tiempos cambiantes, esta operación compacta ha generado el mismo baklava exquisito todos los días. Originaria de países del Medio Oriente y mediterráneos como Grecia, estas golosinas son capas densas de masa de filo y nueces empapadas en un delicado jarabe de miel con espigas de rosas, lo que las hace a la vez ricas y etéreas. El baklava viene en cuatro sabores: pistacho, almendra, anacardo y nuez, así como diferentes formas y tamaños. Todos se fabrican internamente en lotes masivos para adaptarse al flujo constante de clientes a lo largo del día. Al Sham es también un destino para kunafeh, un postre que se dice se originó en Palestina. Preparado en una sartén plana, con una fina masa empapada en sirope y queso dulce, es como el primo más dulce de la pizza y una delicadeza como ninguna otra en Nueva York.
6. Panadería Panadería
(Panadería Panadería Cortesía)
Cuando entras en Breads Bakery en Union Square (Breadsbakery.com), no se sorprenda si su PIEL se siente [[your skin]]está recubierto con la capa más fina de mantequilla: es de los panes de babka que salen frecuentemente del horno a lo largo del día. Babka, un híbrido de pastel y mitad de pan con levadura de Europa del Este, no es nueva en Nueva York, sino con los inmigrantes que vienen de esos países por generaciones. Lo que es nuevo es su ubicuidad, y tenemos que agradecer a Breads en gran parte por ello. (O para culpar, si estás viendo tu consumo de calorías). Hecho en el local de Union Square y vendido allí y en su tienda Lincoln Center y su quiosco durante todo el año en Bryant Park, estos ricos panes se entretejieron con cintas de Nutella y Las chispas de chocolate son adictivas, por lo menos. No es sorprendente, entonces, que ahorre $ 2 por pan cuando compra dos.
7. Harbs
Aquí en los EE. UU., La mayoría de nosotros conocemos el té verde como la bebida caliente más importante en los restaurantes japoneses, pero en Japón es un sabor común de todo tipo de postres. No es de extrañar, entonces, que el pastel de mousse de té verde sea una elección popular en Harbs (harbsnyc.com), una cadena de 37 años con sede en Tokio que abrió su primer restaurante fuera de Japón en el barrio de Chelsea en Manhattan en 2014, seguido de puestos de avanzada en Soho y en Upper East Side. Hay acentos franceses por todas partes en estos elegantes y elegantes restaurantes: las paredes de azulejos y los acentos de madera les dan un ambiente de bistró parisino, y las técnicas clásicas de repostería francesa informan muchos de los pasteles. Pero son los ingredientes nativos, la mayoría importados de Japón, los que hacen que los postres sean tan intrigantes. Dicho pastel de té verde incorpora matcha terroso en el bizcocho y motas de frijol rojo en su mousse de té verde. La crema recién batida hace acto de presencia aquí y en varios otros postres, incluida la versión de Harbs de una tarta francesa, donde la crema está salpicada de frijol rojo.
8. panadería andres
No importa el strudel de manzana. En panadería andres (andresbakery.com), la semilla de amapola, la cereza, el queso dulce, e incluso las opciones saladas como la col, la espinaca y el queso feta corren en una carrera cerrada cuando se trata de las más populares. Los strudels mantecosos y escamosos se hacen diariamente en la casa con la receta original de la madre del propietario Andrés. En 1976, el expatriado húngaro abrió la primera tienda en Forest Hills, un vecindario tranquilo y familiar en Queens, a unos cinco kilómetros al sur del aeropuerto LaGuardia. Desde entonces, su hijo ha llevado a cabo su legado y ha abierto dos tiendas más, ambas en el Upper East Side de Manhattan. (La ubicación de 2nd Avenue es también un restaurante-cafetería que sirve abundantes platos tradicionales y vinos húngaros). Otros postres húngaros que se ofrecen incluyen palacsinta, una indulgencia de crepé, y torta de dobos, un esponjoso bizcocho de caramelo cubierto con crema de mantequilla de chocolate. Todos los postres se hacen frescos diariamente en la tienda original.
9. La Gran Uruguaya
El dulce de leche, una crema de caramelo, es fácil de encontrar en la ciudad de Nueva York, especialmente en las panaderías y restaurantes de los muchos barrios españoles de Brooklyn, Queens y el Bronx. Un poco menos común es un hojaldre relleno con el estilo eclair. Ese es solo uno de los puntos destacados en La Gran Uruguaya (la-gran-uruguaya.com), una panadería-cafetería de bajo coste en Jackson Heights, posiblemente el barrio más diverso de Queens, y posiblemente toda la ciudad. Bizcochos esponjosos tres leches, tartas de plátano, flan, mousse, y tortitas negras, una especialidad argentina, llenan los casos expansivos. Este restaurante también sirve platos sabrosos, pero cuando se trata de postres latinoamericanos, es difícil encontrar una selección tan variada como la que se encuentra aquí.
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