Altered Carbon, La inmortalidad a cualquier precio

Por Mario Sanz

El pasado 2 de Febrero llegaba a la plataforma “Netflix” una de las series más espectaculares y ambiciosas de los últimos años, “Altered Carbon”. La productora Laeta Kalogridis ha adaptado la novela de ciencia ficción de Richard K. Morgan, contando con uno de los presupuestos más ambiciosos en lo que a televisión se refiere, rondando los 7 millones de dólares por episodio.

La acción se sitúa en el Siglo XXV, un mundo en el que gracias a la tecnología se ha logrado la vida eterna, pudiendo trasladar la conciencia humana de un cuerpo a otro vacío llamado “funda”. La historia se centra en Takeshi Kovacs (Joel Kinnaman), un antiguo soldado proscrito, que tras ser congelado durante 250 años, es despertado por la policía para encargarse de investigar el asesinato de un multimillonario (James Purefoy).

Altered Carbon, La inmortalidad a cualquier precio

Tanto a nivel argumental, con esa investigación tan propia del cine noir, como en su estética Cyberpunk, “Altered Carbon” recuerda claramente al universo “Blade Runner”. Ciudades asoladas por luces de Neón, calles tan brillantes como sucias, vehículos voladores o la propia vestimenta del protagonista con esos abrigos largos... No obstante, el tono es bastante distinto, por ejemplo la trama en sí recuerda mucho a la entretenida "Demolition Man" en algunos aspectos.
La serie es oscura y violenta como lo era la película de Ridley Scott, y aunque no está exenta de cierta complejidad moral, se tiende más hacia el espectáculo, con logradísimas escenas de acción y apropiados toques de humor. Y es que donde más destaca la serie es en lo divertida que resulta, con un ritmo por momentos frenético acompañado de un aspecto visual delicioso. Los efectos visuales están entre lo más potente que se ha visto en televisión, y las coreografías de luchas y tiroteos son una auténtica gozada, y lo mejor de todo, sin ningún atisbo de censura.

Sus primeros episodios sirven para ubicarnos en este contexto futurista, en el que también encontramos referencias a otros mundos distópicos vistos en cine como “In Time”, “Elysium” o “El sexto día”, sobre todo en la forma de abordar el tema social y sus desigualdades. La mitología que la serie va adquiriendo con el paso de los episodios es riquísima, repleta de detalles que se van ampliando con flashbacks y nuevas subtramas que acaban confluyendo en el desenlace. No obstante, esto termina afectando a la trama principal, la cual se va diluyendo poco a poco y queda eclipsada por este universo y por los personajes, mucho más interesantes y mejor desarrollados.

Takeshi Kovacs es el clásico antihéroe, un hombre de acción duro y cínico, interpretado con mucha convicción por Joel Kinnaman (Robocop, Una noche para Sobrevivir, Escuadrón Suicida). Él es quien lleva el peso de la historia, aunque está muy bien acompañado por la Mexicana Marta Higareda (Dueños de la Calle) como la agente de policía Ortega, una mujer decidida a luchar contra la corrupción y de carácter tan rudo como el de Kovacs. La relación que se establece entre ambos y la química que comparten es otro de los puntos fuertes de la serie. Algo más desaprovechado está el personaje de James Purefoy (Resident Evil, Templario), el multimillonario Laurence Bancroft, en parte debido a lo poco estimulante que resulta la trama que rodea su personaje. El actor está bien, pero su presencia es demasiado intermitente y aporta más bien poco.

En cuanto a la ambientación y el diseño de producción de la serie, está tratado con una minuciosidad y riqueza visual prodigiosa. Y ya no sólo por lo espectaculares que se ven los exteriores, sino por lo cuidados y detallados que resultan los escenarios, como el hotel en el que se hospeda nuestro protagonista. “The Raven”, que junto a su dueño, Poe, son un claro guiño al genio literario Edgar Allan Poe.

En conclusión, ¿Cumple “Altered Carbon” sus altas expectativas? La respuesta dependerá de lo que cada espectador espere de una serie como esta. Quienes busquen una trama compleja y con un ritmo más lento pueden sentirse decepcionados. Pero aquellos que acepten una propuesta más encaminada a la espectacularidad y a la acción se frotarán las manos. La serie es vistosa, divertida y emocionante, y nos introduce en un mundo que se va volviendo más adictivo con cada capítulo. Es verdad que su argumento principal queda en un segundo plano, pero el resto de elementos son tan buenos que merece la pena invertir diez horas en esta gran serie.

A pesar de que la serie posee un final bastante cerrado, no se descarta una posible segunda temporada, aunque de momento no hay nada confirmado al respecto.

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##check## Lo bueno

Todo lo referente al apartado técnico: ambientación, decorados, efectos visuales... Es una serie que entra por los ojos.
Sus secuencias de acción son una gozada, espectaculares, bien rodadas y y muy sangrientas.
Crea un mundo distópico atractivo con una mitología que se va enriqueciendo cada vez más.
Personajes muy bien desarrollados, especialmente sus dos protagonistas, Joel Kinnaman y Martha Higareda.

##times## Lo malo

La trama principal y el personaje de Purefoy van perdiendo interés conforme avanza la serie.
Abusa en algunos momentos del Flashback, lo que resta algo de ritmo a la serie.

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Ambientación 8.5

Sin duda, uno de los platos fuertes de la serie. Estética “Cyberpunk” enriquecida por un cuidado contexto social.

Desarrollo de Personajes 7.5

Personajes bien trabajados en líneas generales, especialmente los interpretados por Joel Kinnaman y Martha Higareda. Los secundarios cumplen, aunque James Purefoy está algo desaprovechado.

Argumento / Guión 7.0

Tiene una trama de partida interesante, aderezada con algunos apuntes éticos y de crítica social bien expuestos. Finalmente, su argumento queda ensombrecido por la espectacularidad y el propio contexto.

Banda / Sonora 7.0

Los temas musicales se mueven entre partituras que evocan misterio y otras puramente adrenalíticas para la acción, además de una variada selección de canciones.