Alternativas al Futuro de la Natalidad: Desmontando el Mito de los Úteros Artificiales
El pasado 9 de diciembre, el yemení Hashem Al-Ghaili, cineasta y biotecnólogo, publicó un video en YouTube que generó gran controversia. Titulado «EctoLife: la primera instalación mundial de úteros artificiales», el video presentaba un proyecto futurista que proponía ser una solución a la crisis global de natalidad. La idea consistía en gestar embriones en máquinas equipadas con todo lo necesario para su desarrollo y nacimiento, incluida la posibilidad de realizar modificaciones genéticas a medida. Sin embargo, según el catedrático Javier Pérez Castells, de la Universidad CEU San Pablo, esta propuesta es inviable tanto en la actualidad como en el futuro.
Pérez Castells señala que el proceso de desarrollo de un bebé en el útero materno implica una serie de interacciones y variaciones que no pueden replicarse artificialmente. No se trata simplemente de proporcionar nutrientes, sino también de una conexión emocional y nerviosa que no puede sustituirse por medios artificiales. Además, el experto plantea preguntas sobre cómo sería posible recrear el flujo sanguíneo y el papel de la placenta en un útero artificial, lo que sugiere que hay muchas cuestiones sin respuesta en este ámbito.
Más allá de las limitaciones técnicas, Pérez Castells destaca la dimensión ética del asunto. Argumenta que una sociedad que presiona a las mujeres para posponer o abandonar la maternidad podría generar sentimientos de remordimiento o frustración en etapas posteriores de la vida. Además, afirma que quienes opten por la maternidad a través de medios artificiales se perderían la experiencia esencial del embarazo. En este sentido, considera que un mundo en el que se renuncia a la maternidad y al embarazo sería un mundo desprovisto de su esencia.
En cuanto a las posibles aplicaciones eugenésicas propuestas en el video, Pérez Castells se muestra optimista en que no se materializarán. Independientemente de las consideraciones éticas, cree que la edición genética de embriones podría generar resultados inesperados y efectos secundarios indeseables. De esta manera, sostiene que la técnica traería más problemas que soluciones.
En resumen, el concepto de úteros artificiales presentado por Al-Ghaili enfrenta obstáculos técnicos y éticos insuperables. Aunque la crisis global de natalidad requiere soluciones innovadoras, es fundamental explorar alternativas que respeten la esencia de la experiencia humana y la maternidad en lugar de intentar reemplazarla por completo con tecnologías inviables y cuestionables desde el punto de vista ético.
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