Tras el post de ayer titulado ¿Provocaron algunas vacunas la encefalopatía que acabó con la vida del bebé Luca? un padre cuyo hijo también ha fallecido hace poco por el mismo motivo, encefalitis post vacunal, escribe un comentario que por su interés reproduzco a continuación:
Me llamo José Antonio Narváez, vivo en Mérida (Badajoz, España). Es la primera vez que escribo en este medio pero me siento moralmente autorizado para hacerlo. Nosotros también perdimos en junio de 2013 a nuestro hijo pequeño, Álvaro, de sólo 19 meses, a los treinta días de administrarle unas vacunas.
Nuestro querido hijo falleció de manera súbita a causa de una encefalitis. Así lo expresa el informe judicial forense. La sospecha principal deviene de una vacuna combinada DTPa (de cinco efectos), administrada treinta días antes de su fallecimiento. También fuimos padres responsables y le pusimos todas las recomendadas por el calendario oficial e incluso las no incluidas“.
(…) “Nunca estuve en contra de las vacunas. Se han negativizado, a instancia judicial, todos los agentes externos que pueden producir una encefalitis según primer informe emitido por el Área de Virología del Instituto de Salud Carlos III (Majadahonda, Madrid). Pero este mismo Instituto, que es referencia nacional e internacional de la investigación cientifico sanitaria en España, se ha negado a investigar los agentes de la vacuna, aún cuando ha sido judicialmente instado a ello.
Algunos de los argumentos del segundo informe donde se niegan a investigar (Área de Virología del Carlos III) son que los agentes de la vacuna (difteria, tos ferina y tétanos):
NO PRODUCEN INFECCIONES DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL’.
¿Qué motivos hay para que el Área de Virología del Carlos III llegue a aseverar, sin prudencia alguna esto, cuando los tratados de la Asociación Española de Pediatría refieren hasta la saciedad que esporádicamente la tosferina sí puede producirla? Esto es sólo una muestra, sobran palabras”.
(…) La Agencia Española del Medicamento también obstruye la investigación judicial y es contraria a dar las muestras de la vacuna, favorecida porque el propio Área de Virología del Instituto de Salud Carlos III no quiere investigar. La autoridad sanitaria extremeña permanece callada, a pesar de haberles solicitado en dos ocasiones un estudio exhaustivo del caso.
¿Por qué tenemos que sufrir este maltrato institucional? ¿Tan malos ciudadanos somos que nadie nos da una respuesta a nuestra tragedia, después de ocho meses desde la pérdida de nuestro hijo?
Debemos seguir adelante, es una cuestión moral, y de salud pública, aunque estemos institucionalmente desamparados. Alguien debe ayudarnos”.
Como comentaba ayer, Federico, padre de Luca, es el presidente de la recién creada Asociación de Afectados por Vacunas (AxV) y ofrece este correo [email protected] para que puedan contactar con él quienes atraviesan o han atravesado una situación parecida.