Cuando se empieza a relatar la historia de un personaje tan controvertido como Alvin Robertson, es importante separar su figura deportiva, de la extradeportiva. Desde luego, no es una tarea sencilla ya que, de una forma u otra, los jugadores siempre llevan en el halo de su legado deportivo, las cosas que vivieron, han vivido y viven en su etapa más allá de su carrera en la NBA.
El caso de Robertson, por simplificarlo, es el de un jugador único que siempre tuvo un carácter difícil dentro de las canchas de baloncesto y que, precisamente, ese carácter, le ha convertido en un jugador mediáticamente olvidado para la NBA.
Para comprender esta curiosa situación, es imprescindible conocer primero al jugador, a la estrella que primero lo fue de los Razorbacks de la Universidad de Arkansas y, años más tarde, de la propia NBA.
Hablar del concepto de estrella de la NBA puede parecer lejano para una figura tan denostada como la de Alvin Robertson, pero cuando se empiezan a analizar sus logros en los apenas 779 partidos que jugó en la NBA, se puede medir realmente quien fue el hombre que, probablemente, sea el mejor ladrón de balones de todos los tiempos.
Para comenzar, hay que recordar los inicios de Alvin Robertson en su camino hacia el éxito en la NBA.
Robertson pasó 3 años en la Universidad de Arkansas, cerrando su periplo con los Razorbacks con un promedio en la temporada 1983-1984 de 15.5 puntos, 5.5 rebotes, 6 asistencias y 2.88 robos por partido.
Obviamente, ese perfil de jugador completo, con unas grandes aptitudes para la defensa, no pasó desapercibido para Bobby Knight, el entrenador del Team USA para los Juegos Olímpicos de los Angeles 1984.
Ese corte de jugador aguerrido tan afín a los gustos deportivos del eterno entrenador de los Hoosiers, le llevó a formar parte de un equipo que contó con jugadores de la talla de Michael Jordan, Chris Mullin, Pat Ewing o Sam Perkins, pero que también dejó fuera a jugadores de gran calidad como Joe Dumars, Karl Malone, John Stockton, A.C. Green o Charles Barkley... otro auténtico equipo de 1984.
El resultado de aquellos trials previos y del paso de aquel Team USA por Los Angeles 1984, fue el de convertirse en Campeón Olímpico, en una final disputada contra la España de Corbalán, Fernando Martín, Epi y compañía.
En aquel momento, Alvin Robertson ya conocía su destino en la NBA ya que, los San Antonio Spurs, le habían elegido en la séptima posición de un histórico Draft que llevó a la NBA a jugadores de la talla de Hakeem Olajuwon, Michael Jordan, Charles Barkley o John Stockton. Sin lugar a duda, una de las mejores "camadas" de todos los tiempos.
Aquellos Spurs, eran un equipo en franco declive, ya que sus mayores estrellas estaban en la recta final de sus carreras. George Gervin y Artis Gilmore, habían vivido ya sus mejores años en la NBA.
Con la marcha de Gervin a los Chicago Bulls para un Last Dance que a Michael Jordan no le hizo ninguna gracia por sus problemas personales con Iceman, el camino quedó totalmente despejado para la titularidad de Alvin Robertson, que compartió protagonismo con el también veterano Mike Mitchell.
El escolta de los Spurs aprovechó su oportunidad e hizo una temporada histórica, que le valió ser nombrado All Star por primera vez en su carrera, ser nombrado Jugador defensivo del año, también ser el Jugador más mejorado de la NBA (el primero de la historia de ese Premio) y estableció el record de robos en una temporada de la historia con un total de 302 robos y un promedio de 3.7 robos por partido. Además, fue incluido en el segundo Mejor equipo defensivo de la temporada y en el segundo Mejor Quinteto de la NBA.
Sin embargo, si todo estos datos ya son dignos de pasar a la historia como una Estrella de la NBA, todavía logró un hito mayor, algo que a día de hoy solamente ha podido lograr Alvin Robertson en la historia de la NBA.
El 18 de febrero de 1986, se convirtió en el segundo jugador de todos los tiempos en lograr un cuádruple doble oficialmente, pero además en el único en conseguirlo con la combinación de puntos, rebotes, asistencias y tapones. Aquella mágica noche contra los Suns, firmó 20 puntos, 11 rebotes, 10 asistencias y 10 robos.
De hecho, si ahondamos realmente en el dato de los cuádruples dobles, Robertson fue el primero en conseguirlo en un partido sin prórrogas, ya que Thurmond lo logró en un partido con un tiempo extra.
Simplemente una temporada así, ya es un sueño para la inmensa mayoría de jugadores de la historia de la NBA y un motivo para poder ser considerado como una estrella de la competición, pero los logros de la carrera de Robertson no acabaron ahí.
Siguió acumulando All Star, hasta un total de cuatro, continúo acumulando reconocimiento en Mejores equipos defensivos de la temporada hasta un global de seis y, sobre todo, logró continuar con su media de robos de balón, que le ha convertido en el jugador que mayor promedio de robos tiene en la historia de la NBA.
Alvin Robertson, con sus 2.70 robos por partido, es el jugador que tiene un mayor promedio de balones interceptados en la historia de la competición estadounidense. Además a este dato, se le puede añadir que es el jugador que más veces ha conseguido los dobles dígitos en robos con un total de 4 ocasiones con 10 robos.
Los números de Robertson en esta estadística de robos, le colocan en la historia de la NBA irremediablemente y con un lugar sumamente destacado, pero además de estos datos tiene alguna otra curiosidad muy interesante para algún equipo concreto en la NBA.
Disputó su última temporada en la NBA en los Toronto Raptors tras pasar un par de años en el dique seco por una lesión grave en la espalda. Pues bien, Alvin Robertson también es un jugador inolvidable para la franquicia Canadiense.
El especialista en robos de balón, además, consiguió la primera canasta de la historia de los Raptors, quedando así para siempre en las páginas doradas del equipo de Toronto.
Hasta aquí, esta es la historia de un jugador que, fácilmente, se le podría considerar una estrella de la NBA sin la menor duda por sus logros deportivos, pero su vida más allá de las canchas de baloncesto, ha hecho que tanto los equipos por los que pasó, como la propia NBA, huyan y omitan de la figura de Alvin Robertson.
Los problemas de Robertson siempre han estado relacionados con ese carácter tan especial. Todavía en sus años en la NBA, tuvo problemas domésticos con su pareja, que le llevaron a tener sus primeros problemas con la justicia, unos problemas que hasta la actualidad le han conllevado, al menos, 18 arrestos y problemas muy graves con la justicia.
A día de hoy, su otro legado extradeportivo conlleva delitos consumados y probados como asalto, agresión, robo, allanamiento de morada, resistencia a la autoridad y violación de la libertad condicional. Todo ello sin contar la violencia doméstica que pudo ejercer contra sus parejas a mediados de los 90's y que por no estar tipificada específicamente que quedara incluida dentro de sus agresiones y allanamiento de morada.
Aunque pueda parecer difícil, esto no fue lo peor de la historia de Alvin Robertson, sino que en 2010 fue acusado de ser parte de una red de secuestradores y acusado de agresión sexual a un niño y de tráfico de un menor con fines sexuales. Además, también estaba acusado de obligar a una niña a prostituirse y hacerla bailar en un club de striptease en Corpus Christi (San Antonio)
Estas gravísimas acusaciones llevaron a Alvin Robertson a pasar más de 5 años bajo la sospecha de esos delitos, ya que el juicio no se celebró hasta 2015.
Finalmente, el juez del caso determinó que la menor mentía y desestimó su declaración por múltiples incongruencias, pero sea como fuera, el daño que ya había recibido la figura de Alvin Robertson fue irreparable para su vida social y, especialmente, para su legado deportivo.
Los logros que consiguió Robertson con los Spurs serían merecedores para cualquier franquicia como para que su número fuera retirado, pero en San Antonio no quieren saber nada del que fuera en su día su jugador estrella.
De hecho, el inicio de sus problemas personales incluso le bloquearon a mediados de los 90's su vuelta a los Spurs, ya que David Robinson, la estrella del equipo en aquel momento, recomendó que no le ficharan porque aquel equipo no necesitaba más problemas de los que ya tenía.
Tristemente, el extraordinario inicio de la carrera en activo de Alvin Robertson, se vio mermado y fue perdiendo fuerza con el paso de los años por sus problemas personales y, tras dejar la vida profesional fue todavía a peor, ya que terminó destruyendo todo lo que había hecho en sus mejores años en la NBA, excepto lo que siempre será indeleble... sus excepcionales estadísticas que le convierten de forma incuestionable en una Estrella de la NBA, eso sí, proscrita.
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