Always.

La muerte de mi padre, uno de los tres pilares de mi existencia, ha cambiado nuestra vida por completo. El transcurrir de las semanas es fatídico, solamente sirve para recalcar su ausencia, subrayar este dolor tan indescriptible y constante, obligarnos a asimilar algo tan horrible y recordarnos que lo que sigue pareciendo imposible, no lo es. La tristeza, impotencia e incomprensión que siento no se puede transmitir; me cuesta hablar del tema y, mucho más, escribir sobre algo así.  Este blog no es para eso aunque me gustaría dejar constancia de que me considero privilegiada por contar con gente absolutamente maravillosa a mi alrededor; personas que han mostrado su apoyo incondicional lejos de palabras vacías de significado, que me están ayudando a salir adelante cada día, que me demuestran tanto con gestos y detalles que para muchos pueden parecer insignificantes; personas que manifiestan su afecto y aprecio también hacia mi madre (ELLA...) y que, en definitiva, ESTÁN –y estarán-. Sí, me he llevado decepciones pero estoy orgullosa de contar esos desengaños con menos de los dedos de una mano. A medida que pasa el tiempo, voy comprendiendo que es muy cierto eso de que sólo hace daño quien puede, no quien quiere; que la arrogancia es muy mala compañera y que es muy triste anhelar lo ajeno. En realidad, mis sentimientos hoy por hoy hacia esas personas se resumen con una palabra: compasión. No soy la misma, mi mundo ha dado un vuelco a raíz de la pérdida de la persona que más me ha protegido en todos los sentidos; es complicado rescatar la ilusión cuando te falta lo que más quieres y he decidido retomar este espacio, nuevamente, como un medio de evasión, una distracción más. Actualizaré de forma esporádica y me centraré en temas que verdaderamente me gustan: decoración, bodas, niños y, de vez en cuando, outfit, entre otros. Me apetece recuperar esta pequeña bitácora relativamente vinculada con nuestros proyectos aunque, siendo sincera, no sé cómo ni cuándo volveré a publicar un post. 
Gracias por seguir.