Segundo anime de la temporada de verano de este año. La estuve viendo más o menos al día hasta el quinto o así pero la dejé de seguir (digamos que la lectura me estaba llenando mucho más) y ahí se quedó hasta ahora que le di un empujón y la terminé.Amaama to Inazuma se basa en el manga homónimo, de corte seinen, de Gido Amagakure y cuenta con 7 tomos hasta la fecha, habiendo empezado su publicación en 2013.
Argumento
Kōhei Inuzuka es profesor de matemáticas en el instituto y tiene una hija de 5 años, Tsumugi. Aunque hace lo posible por ser un buen padre, tras la muerte de su esposa meses atrás, hay un campo en el que falla estrepitosamente: la alimentación. No saber cocinar por lo que subsisten con bandejas de comida preparada compradas en supermercados. Un día, mientras paseaban por el parque, se encuentran con una de sus alumnas, Kotori, que está disfrutando del picnic que había preparado su madre y al que al final no ha podido ir por el trabajo. Ésta es una chef muy famosa que aparece en diversos programas televisivos y, desde entonces, el pequeño pero selecto restaurante que regentaba está cerrado casi siempre.
El deseo de que la pequeña Tsumugi se alimente en condiciones y la soledad de Kotori les lleva a establecer una simbiótica relación para disfrutar de la deliciosa comida que a partir de ahora prepararán en ese restaurante.
Reseña
Sinceramente, la serie me interesó por recordarme a Barakamon pero creía que quizás con algo más de drama. Tal vez ha sido, al menos en parte, porque no he dejado de tenerla en la mente cuando la veía, y las comparaciones pueden ser odiosas, pero lo cierto es que no me ha convencido. Si la he terminado ha sido por pura inercia.El gran, no, el GRANDÍSIMO problema que tiene la serie es que es esquemática, repetitiva y acaba resultando muy aburrida. De primeras, la idea de un padre viudo que se debe encargar de una niña pequeña solo y, para ello, debe aprender a cocinar es un buen punto de partida. El problema es que cada capítulo se articula exactamente igual: un poco de trama + cocinar el plato que sea en el restaurante y fin. La parte de """historia""" suelen ser gotitas de cotidianidad que no aportan mucho: algún pequeño conflicto de la niña en la guardería, el festival del instituto... Hay alguna escena más triste cuando se acuerdan de la fallecida pero en su mayoría son breves. Y la parte de cocinar es muy cansina porque es casi como ver tutoriales. Y así 12 de 12 capítulos. No hay ni uno que se salte el esquema. Pero al margen de esto, que ya de por sí hace que no sea una serie que marque, hay varios detalles que me han mosqueado. Para empezar que hasta que no empieza a tratar con Kotori, Kôhei no se preocupa por cocinar. Es la excusa para que arranque la serie pero no deja de ser un tópico machista: la madre era ama de casa y él no sabe freír un huevo. Y no es hasta que otra mujer, su alumna adolescente para colmo, le da un empujón, no se pone manos a la obra.


