Revista En Femenino
Amadas hijas,
Todos los humanos somos seres sexuales. Nosotras lo somos y papá lo es.
Desde que nacemos hasta que morimos.
Al intentar hablarles de esto se me enredan las ideas. No sé ni por donde empezar.
Quizá esto me pasa porque la sexualidad es un tema tabú.
Un tema tabú es un tema del que no podemos hablar abiertamente.
Porque está prohibido, o porque nos da miedo, o porque alguien dijo que estaba mal.
Tenemos la rara idea de que si no hablamos de algo es como si no existiera.
Como si pudiéramos ocultarlo para que no cause problemas.
Se preguntarán amadas hijas,
¿Qué es la sexualidad y por qué es un tabú, si todos somos sexuales?
Honestamente yo no lo tengo tan claro, porque justamente lo que pasa con estos temas es que se vuelven tan secretos, oscuros y misteriosos, que ya nadie sabe muy bien de que se trata y aunque haya mucha información, está incompleta, se contradice, y omite cosas muy importantes.
No me queda más que contarles lo que yo he ido averiguando por mi misma.
Amadas hijas,
La sexualidad es un gran poder que tenemos todos. Un poder creador.
Una energía muy intensa que es capaz de crear muchas cosas. Obras de arte, movimientos, ideas maravillosas, vínculos. ¡Hasta bebés! ¿parece increíble, no?
Es también capaz de generar amor en grandes cantidades, y de permitirnos sentir la divinidad en nosotros. Con ella podemos además experimentar la unidad. Saber que no estamos separados. Nos muestra cuán poderosos e inmensos somos.
Me parece que por eso le tenemos tanto miedo y que esa es la razón por la que muchas personas han intentado que nos olvidemos que tenemos ese poder.
Porque además amadas hijas,
Un poder puede también hacer mucho daño si no sabemos como manejarlo. Es como tener una varita mágica y usarla sin cuidado.
Ante una fuerza tan inmensa nos sentimos asustados. No sé exactamente que pasó, pero me parece que no todos los humanos usaron muy bien ese poder e hicieron mucho daño. También es probable que algunos no estuvieran muy contentos con los que si lo usaron bien, porque ya saben que las personas a veces somos envidiosas. Además a algunas personas les convenía que las demás fueran menos poderosos para poderlas mandar. Así como pasa en las películas que a veces vemos.
En todo caso, la sexualidad se controló. En decir que nos prohibieron usar nuestros poderes. Sólo estaba permitido usarlos para crear bebés, y esto porque si no, ya se imaginarán, el mundo se acabaría. Para controlarla se usó el miedo, y se empezó a correr el rumor de que era mala. Confundieron algunas consecuencias del uso de esta energía, con la energía misma. Es como si decimos que la magia es mala solo porque algunos han hecho algunos conjuros maléficos, o porque algún truco haya salido mal.
Por esto, sospecho, la sexualidad se convirtió en tabú.
Pero amadas hijas, esta inmensa energía no puede controlarse, y entre más se trata de esconder, más fuerza toma y entonces se vuelve más desastrosa.
Además súmenle a esto, que las personas sin este poder, se vuelven bastante gruñonas, tristes y aburridas.
Creo que eso nos pasa en la sociedad. Hemos olvidado este poder, no lo conocemos bien, y no sabemos como usarlo, pero éste sigue haciendo de las suyas de una manera caótica. En lugar de que podamos aprovecharlo a nuestro favor, vivimos a su merced, ya se por tratar de controlarlo o porque se apodera de nosotros y la mayoría de veces ni nos damos cuenta.
Por eso entonces ustedes, niños y jóvenes, nos lo recuerdan con tanta intensidad. Es hora de que lo recuperemos. El mundo lo necesita.
El gran problema es que los adultos no lo entendemos muy bien todavía, entonces lo que hacemos es seguir intentando controlarlo. Aprendimos que eso era lo mejor. Desde muy chiquitos los llenamos de miedo. Claro, con las mejores intenciones, porque no queremos que esa fuerza creadora haga de las suyas.
Al menos ahora empezamos a hablarles un poco, pero lo que más hacemos es llenarlos de advertencias, y les mostramos todo lo terrible que puede pasar si usan sus poderes.
Somos bastante torpes, pero entenderán que nadie nos ha enseñado.
Amadas hijas,
Tal vez es momento de que este deje de ser un tema tabú. Quisiera que ustedes aprendan a aprovechar ese gran poder a su favor. Ya lo hacen de alguna manera cuando bailan, juegan, ríen a carcajadas, comen con tanto disfrute, se untan cremas, y disfrutan de telas suaves. Cuando inventan cuentos y canciones, y crean amistades.
Si aprenden a conocer esta fuerza, sabrán manejarla y no la usarán para lastimar, manipular o tomar de otros lo que necesitan.
Comprenderán su capacidad creadora y podrán ponerla donde ustedes elijan para crear con consciencia y no por accidente y así también tendrán la posibilidad de hacerse cargo de esas creaciones.
Descubrirán su cuerpo como vehículo de esta energía, y por lo tanto lo conocerán, cuidarán y lo disfrutarán con responsabilidad. Comprenderán que los genitales son órganos sexuales pero que la sexualidad trasciende esas “partes privadas” de las que tanto les hablan, y se experimentarán de una manera mucho más completa y menos desintegrada.
Sentirán que el deseo es sólo la chispa que alimenta esta fuerza, así que podrán aprender a regularlo para obtener lo que quieren.
Irán sintiendo ganas de compartirlo, y sabrán con quién y cómo, porque entienden lo poderoso que es y los vínculos que crea, y también aprenderán que el acto sexual, es solo una de tantas maneras de hacerlo.
Entenderán que lo femenino y lo masculino son principios que no sólo significan hombre y mujer y que todos los tenemos, así que la sexualidad puede expresarse de múltiples formas, incluso, sin la necesidad de otra persona.
Descubrirán sus regalos: el éxtasis, el placer, la unidad, la fuerza, la vitalidad, la conexión entre el cielo y la tierra; lo mundano y lo sagrado; el cuerpo y el espíritu; la piel y el alma.
Experimentarán cuán mágico es, si se usa con todo su potencial, unido al corazón y a la trascendencia.
Esto quiero compartirles hoy. Yo misma he ido descubriendo este poder y apenas estoy aprendiendo esto que les cuento.
Ustedes son una gran muestra de lo que puede crear cuando se usa con consciencia. También lo es mi relación con Nicolás, su papá.
Sin duda su piel, sus miradas, su risa, sus rabietas y tantas otras cosas, han ido activando esa magia en mi.
Amadas Hijas,
Somos seres sexuales, y esto es maravilloso. Juntas estamos descubriendo más y más todo lo que esto significa, revelando sus misterios y dejando de ver la sexualidad como esa extraña amenazante de la que hay que cuidarse y despojándola de tantas etiquetas que no nos permite abrirle la puerta con confianza.
Acompañémonos en esta travesía de vivir este gran poder con todo el amor, la presencia, la atención y el respeto que merece.