Me cuentan que el mayor empresario de nuestro país ha cometido una locura, una sinrazón, algo que seria penado por la ley si nuestras fuerzas del orden no estuvieran seguras de que nuestro pobre hombre no está completamente senil.
Quién le mandaría al señor Amancio Ortega donar 20 millones de euros a Cáritas. ¡A Cáritas! ¡Esa organización perteneciente a la carca y medieval Iglesia católica!
20 millones son muchos millones. Yo si fuera él me hubiera comprado un par de yates nuevos, quizás un Ecce Homo a medio restaurar o un tercio de la pierna derecha de Cristiano Ronaldo. ¿Pero donarlo a los más desfavorecidos? El diagnóstico es claro: el pobre hombre se ha vuelto loco.
Lo entendería si los hubiera utilizado para planear algún atraco. A un supermercado a ser posible. Me parecería todavía mejor si se los hubiera donado a los sindicatos. O a un partido político. O al club de la herradura. Al fin y al cabo, todos sabemos el bien que hacen a nuestra sociedad. Pero donárselos a una organización que ha atendido durante el 2011 a más de 1,8 millones de personas en España es algo que roza el esperpento. Y más si sabemos que Cáritas es Iglesia -mal que nos pese, la Iglesia la forman los cristianos- y es sostenida en un 66% por aportaciones privadas.
Para terminar quiero llamar la atención sobre un asunto. ¿Es que a nadie le preocupa dónde va ese dinero? Todos sabemos que los curas se lo gastarán en cálices de oro puro, suntuosas túnicas y sabrosos chuletones. Una vez ví un cura que tenía un coche. ¿Caridad? Eso es un cuento chino. Un engañabobos. Amancio, vuelve al redil, no te dejes engañar. Si vuelves la Policía del Pensamiento te regalará una dosis entera de soma (1).
P.D: Sólo una "pega". La verdadera caridad queda en lo privado.
(1).- El soma es una droga que aparece en Un mundo feliz de Huxley. En el libro todo el mundo lo toma cuando se encuentra deprimido.
«Si por desgracia se abriera alguna rendija de tiempo en la sólida sustancia de sus distracciones, siempre queda el soma: medio gramo para una de asueto, un gramo para fin de semana, dos gramos para viaje al bello Oriente, tres para una oscura eternidad en la Luna».
¿Está hablando de hoy?