Walter Girotto
Cuando te miro ardo
como el pájaro que llegó del sol.
Arrójate sobre mí
como una sábana que me arropa.
Te percibo eterna prolongándote en tu sombra.
Una pantera hambrienta de asedios
reina tras la conquista de mi almohada
y yo me evaporo
en el dulce éxtasis de la derrota.