Revista Opinión
Amanece el invierno en el día más corto del año y la noche más larga, para progresivamente ir alargando las horas de sol hasta derrotar totalmente las tinieblas que se habían apoderado de los días. Amanece hoy el invierno para cerrar un ciclo e iniciar otro de 365 días que nos brinda la oportunidad de renovar proyectos y olvidar desencantos. Amanece un invierno que ya ha acortado, con sus fríos y heladas adelantadas, a un otoño empequeñecido por un verano inagotable y usurpador del tiempo que no era suyo. Amanece el invierno más transparente de luz como tacaño de agua de los últimos años, obligando a los sedientos a seguir implorando esas nubes que riegan la tierra y calman la sed. Amanece hoy el invierno para cumplir con la promesa de una próxima primavera que sustituirá el manto blanco por una policromía que cubrirá los campos y llenará de voces y cantos el aire. Hoy amanece el invierno para hacernos compañía hasta marzo, como condición indispensable de una vida que cumple años y es testigo de los cambios de estación. Amanece, pues, hoy el invierno, afortunadamente.