Revista Opinión

Amar

Publicado el 12 julio 2018 por Carlosgu82

Pero siéntelo. Siente tu corazón, que es solamente tuyo. Siéntelo latir tan de prisa que necesites coger aire en una misma frase. No les creas, sobretodo cuando te digan que son sueños y que estas cosas no suceden.

Déjate conocer, pero de verdad.

Enseña tu sombra más oscura y no demuestres toda la luz que desprendes.

Que no lo necesitas.

Sigue tu aventura, toda tuya. A tu ritmo: que la prisa no es tan mala y la paciencia no es tan sabia.

Tú, como lo quieras. Bonita y Bella.

Ámale. Ama cada mueca. Ámale en gestos y en miradas. Ámale, con tu boca, con tus manos y con tu lengua. Pero ámale tanto que te rompa. Y que no te importe.

Que éste, es el dolor que mejor duele.

Y ódiale cuando lo necesites, pero que sea con tanto amor que necesites desnudarle.

Entiéndele, compréndele en lo de verdad y en lo que no importa.

Pero sobretodo juega. Sin trampas. Él es tu equipo y el jugador más importante de tu partido.

Que es la vida. Por si todavía no lo habías entendido.

Y cuídale, cuídale tanto que hasta que le moleste.

Amaros jóvenes eternamente.

Y las piedras de la vida saltarlas de la mano, que juntos saltaréis más alto. Pero saltarlas, no las esquivéis, que no es lo mismo.

Compartid. Comparte tu mentira más guardada y hasta la vergüenza más buscada.

Comparte tus lágrimas y tus sonrisas, que a pesar de que sea un puto cliché, es lo que mejor sabe.

Acompáñale en el camino más rápido y empújale en el más lento. Que le cueste menos.

Pero sobretodo no te acostumbres.

No te acostumbres a los pequeños detalles. A su forma de lavarse los dientes. A su forma de buscar las llaves en el bolsillo de su chaqueta. No te acostumbres a la forma en la que te mira cuando te despiertas. No te acostumbres a su forma de apretar los labios cuando algo le preocupa.

Tampoco te acostumbres a su piel.

Y ni mucho menos a su olor.

Que es tan suyo. Tan tuyo. Tan vuestro.

Que si te acostumbras, la magia se colará entre sus dedos.

Y que difícil es encontraros en la costumbre.

Pero ahora y de verdad, escúchame.

Y ámale de todas las formas que sepas.

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