Luego de amar tantos años a una persona, ese hombre con el cual creíste que ibas a envejecer, a quien prometiste amor eterno. Un día no esperado se aleja de tu vida y llega otro hombre por el cual se estremece tu cuerpo con un torbellino de emociones. Sus besos sus caricias hacen sentir en tu piel las ganas desesperadas de entregarte a él y vivir a plenitud el placer de la entrega, sientes paz en su presencia y hasta felicidad. Pero luego de mucho tiempo al volver a ver a tu amor inicial tu cuerpo pide a gritos una vivencia desenfrenada de pasión a plenitud.
Hacer el amor nuevamente con ese hombre del cual te habías alejado, trae consigo la sensación de que el cariño, sentimientos y deseo nunca se fueron y que simplemente estaban dormidos. Te das cuenta que sientes tanto placer que no puedes creer su presencia, piensas que todo puede ser como antes.
Sin embargo, ese hombre no perdona que tu cuerpo estuvo en otros brazos y es cuando te detienes a pensar ¿ a quién amas en realidad ?, ¿ amas a los dos?. Sí puedes amarlos, pero uno de ellos sólo quiere que tu le pertenezcas y el otro no te quiere cerca de su posible rival. El cargo de conciencia de amar a dos hombres es insoportable, quieres ver los defectos en cada uno de ellos para decidir con quien quedarte.
Sentir que te puedes quedar con dos personas, es egoísta. Pero la vida te ataca en el momento menos esperado y en mi caso, con mi primer amado sentía seguridad, pasión, deseo y a la vez miedo de reproches repetitivos por negarme a intentar salvar nuestra relación y decidirme por los brazos de otro hombre. Mi segundo amor me permite sentir pasión, deseo y una sensación de amor verdadero de su parte pero la inseguridad me invade.
Si se preguntan como puedo sentir eso, sólo necesité un abrazo de cada uno de ellos para alcanzar definir mis sentimientos. Aunque de nada vale eso porque mi primer amor partió y aunque lo amaré el resto de mi vida, el nunca me perdonará. En cuanto a mi segundo amor está presente y quisiera que siempre estuviese a mi lado aunque nunca podré dejar de amarlos a los dos.
Quizás algún día me encuentre sola, pero el recuerdo de mis dos amores me acompañará porque mis sentimientos, pasión, deseo y sensaciones estarán con ellos en lo más profundo de mi alma.