Sinopsis:
Britania, siglo V d.C.
Sobre Gweldyr de Demetia circulan muchos rumores. Sin embargo, lo único que se sabe con certeza es que nunca antes había abandonado las seguras murallas que rodean su hogar. Cuando su padre le anuncia que ha sido prometida al poderoso rey de Buellt para sellar una alianza entre los dos reinos, lo único en lo que puede pensar es en el terror que le va a provocar salir al exterior.
El capitán de la guardia de Buellt, conocido como la Bestia, apenas recuerda que una vez tuvo un nombre. Al mando de un grupo de mercenarios, solo le preocupan dos cosas: evitar que los sajones crucen la frontera, y que las reservas de bebida le duren, al menos, hasta la noche siguiente. La nueva tarea que le han encomendado, escoltar a la prometida del rey, ni siquiera parece digna de él. Acostumbrado a que su desfigurado y temible aspecto mantenga a todos alejados, al capitán le extraña que la princesa se empeñe en no apartarse de su lado.
Lo que ninguno imagina es que tal cercanía puede despertar en ellos sentimientos que jamás creyeron que podían existir.
Opinión personal:
«Amar a la bestia» me recuerda a las publicaciones de antaño que últimamente echo tanto de menos. Al emplazar la historia en el siglo V, Violeta Otin aporta una originalidad a la trama que, de otro modo, no hubiera tenido. Es un aliciente añadido conocer nuevos aspectos de la historia. Siempre resulta fresco alejarnos de la zona de confort, en mi caso, como ya sabéis la época victoriana o regencil.
El argumento no resulta novedoso, pero yo disfruto de estas historias en las que la ambientación, las aventuras y los entresijos políticos forman un entorno firme para el desarrollo de un romance.
La bestia, Iaran, es el capitán de la guardia. Un personaje masculino que demuestra que no todos los guerreros han de ser de un modo en concreto. Aquí no encontraremos a un musculado machote alfa o, al menos a mí no me lo ha parecido, que conquista a las mujeres tan solo con una bonita melena y con un buen cuerpo. Sus acciones conquistan. Es cierto que su autoridad en ningún momento se pone en entredicho pero es más por el respeto de sus hombres que por el poder que pueda ostentar su condición de jefe de la guardia. En contradicción, también encontramos ese continuo uso del terror que su aspecto pueda provocar. Curioso detalle, pues fueron justo esas cicatrices las que provocaron la ruptura con su vida anterior y parte de ese enfriamiento de su carácter. Iaran provoca tanto temor en otros como sensación de protección a Gweldyr.Es un protagonista del que he disfrutado mucho y la autora me ha convencido bastante con esas muestras de convicción y firmeza y de ternura al mismo tiempo.
Su pareja en esta historia es una joven dulce e inocente. La princesa que ha vivido encerrada en su palacio de cristal con unos miedos que son el centro de un misterio constante en toda la novela y que se irá desenmarañando a lo largo de la novela. En mi opinión, su punto fuerte es la evolución del propio personaje. Empieza siendo una joven cándida e ingenua y termina siendo capaz de defender sus propias decisiones
Iaran y Gweldyr son opuestos en muchos aspectos: ella es noble y él un guerrero; ella es cultivada y él medio salvaje; ella personifica la beldad y él inspira pavor por su aspecto; ella es confiada y él receloso pero, al final creo que ambos son fuertes.
Su romance es la historia de un amor imposible, quizás eso provoca que no estemos ante un flechazo, de los que tan poco me gustan, sino que su relación y sus sentimientos irán creciendo a medida que ambos se van conociendo. No voy a negar que por motivos muy opuestos, la curiosidad mutua es fuerte al conocerse, pero tanto él como ella tienen muy claros cuales son sus roles y están dispuestos a desempeñarlos. Las situaciones que les rodean son complejas; ella atada a un hombre sin amor y él atado al mismo hombre por honor. Cada uno cumple con sus obligaciones pero los sentimientos son irrefrenables y algunos acontecimientos terminarán por inclinar la balanza entre el deber y el amor hacia lo que les dicta el corazón.
Como ya he comentado, no estamos ante una historia novedosa, pero Violeta Otin consigue atrapar con esas intrigas y luchas de tribus. Es una autora que cuida mucho su estilo, escribe de forma elegante y creo que la ambientación está muy lograda. Como ella misma comenta al final, estamos ante una época histórica muy oscura y de la que se conoce muy poco, pero es fácil imaginarte esos poblados y esas fortalezas y ese día a día tal cual lo plasma ella. Quizás soy más partidaria de los diálogos y, en algunos momentos, los he echado en falta. Me gustan porque hacen que la lectura sea mucho más ágil y le dan un mayor ritmo. Prefiero leer a través de las palabras de los personajes que de los narradores, pero eso es algo muy personal.De todas formas, mi principal pero es el final. Valoro positivamente su simbolismo pero me ha resultado algo forzado y de difícil credibilidad.
Los personajes secundarios tienen gran peso a la hora de crear esas subtramas que llenan la novela. Mis favoritos son los compañeros de luchas de Iaran, Alcoy y Carrick, quienes aportan más de un toque de humor, algunas de sus frases me han arrancado una sonrisa y, eso que el contexto era de lo más duro. Pasgen está a la altura pero con Ednyfed, el padre de la princesa, me ha faltado una conversación final.
En su conjunto «Amar a la bestia» me ha resultado una lectura de lo más entretenida, y no tan solo por su romance. Es una novela con un guión y una estructura clásicos, de los que me gustan, y aunque no se centra en la relación de pareja, la trama general me ha resultado muy atractiva. Una novela en la que su ambientación es un aliciente y cuenta una historia de superación. Me gusta el estilo de Violeta Otín y es una autora a la que le seguiré la pista. Una lectura muy recomendable.
Datos de interés: Ficha del libro - Ficha de la autora:
Pepa