Amar es soñar… hecho realidad!

Soñar es fácil, sobre todo cuando esto nos ayuda a escapar de la soledad o de nuestra vida real y no siempre como la habíamos imaginado! Los sueños nos permiten volar hacia el cielo esperado, reencontrarnos con nosotros mismos y vivir aventuras de fantasía donde siempre reina la paz y el amor! Pero, aún siendo necesarios para saber identificar la felicidad cada vez que llegue a nuestra vida, soñar no es más que soñar! Soñamos siempre en colores, en sonrisas, en amantes para siempre! La felicidad siempre está presente, en un telón de fondo hecho de maravillosos lugares, como playas desiertas a la luz de una luna siempre llena, desiertos donde las caricias ocultas los convierten en un vergel verde y siempre frondoso, en cielos abiertos y claros donde volar cogidos de la mano por amor es siempre fácil y posible. Soñamos siempre con los ojos cerrados y en la oscuridad de la mágica noche del alma.

Siempre he sabido soñar, desde pequeño lo hacia, seguramente para evitar la realidad! Y, por el contrario, siempre me ha costado aceptar mi realidad interna y la externa, la que había a mi alrededor! Y la vida es mitad sueño y mitad realidad, mitad mágica y mitad humana y real! Eso, quizás, ahora pienso que me hizo sufrir en la realidad, porque solo sabía soñar y mi vida era demasiado distinta a todo ello! Pero, además, mi realidad estaba siempre repleta de espejos en forma de personas que no hacían más que reflejarme mi interior, creándome más momentos para seguir sufriendo una vida que tenía poco de soñada! Hasta que acepté que nuestra vida no es más que lo que sentimos…  o lo que encontramos a faltar! Personas que a veces nos hieren o que nos traen dolor, no son más que reflejos de nuestra propia Alma herida por una historia que tiene poco que ver con lo que soñamos!

Y un día acepté que no podía cambiar mi vida sin antes cambiarme yo! Pero también me di cuenta de que no es fruto de un proceso intelectual ni tan siquiera introspectivo, sino que el cambio debía sentirlo desde dentro, en mi corazón! Y reconocer que la vida siempre me ha dado las oportunidades para vivir mis propios sueños, aunque nunca antes quizás había tenido el valor! El amor a mí mismo y a los demás fue la solución. Porque para darme y compartir, antes tenía que encontrarme a mi mismo en mi corazón e identificar mis propios sueños para hacerlos, al fin, realidad. Y tuve que tener valor para ver en él aún demasiado dolor, lo que me privaba de vivir mis sueños! Así comprendí la infinidad de personas, momentos y lugares a lo largo de mi vida, donde había vivido más temor que amor! ¿No era esa, acaso, la misma vida que había intentado evitar, adentrándome en mis sueños? ¿Solo soñando podía cambiar la vida, si precisamente los sueños me alejaban de mi realidad personal y aún demasiado dolorosa?

Hoy, sin dejar de soñar, prefiero vivir la realidad, mi realidad! Dejo solo los sueños para los que no son capaces de vivirlos en la realidad! Hoy es en mi realidad del día a día donde debe anclarse mi fantasía y mi felicidad! Y esa vida nueva resultante no precisa más que mirar las personas, momentos y lugares desde los ojos del corazón, pero ya bien abiertos y sin miedo, siempre concediéndome el derecho de ser feliz, ante cada nueva oportunidad! ¿Cuántas veces tuve que cerrar antes mis ojos, para soñar y llegar a sentirme feliz? ¿Cuántas veces más podré soñar y sentirme feliz, sin abrir bien mis ojos del corazón?

Quizás he tardado mucho en llegar hasta aquí! Ahora veo que la felicidad no tiene atajos posibles y que hay que haber vivido la oscuridad para reencontrarse con la luz! Ahora veo que la luz está y ha estado siempre en mi vida, bajo un telo denso de infelicidad y de oscuridad! O soñaba o vivía! Y también veo que ese velo invisible solo es posible hacerlo desaparecer con amor a mi mismo, a los demás y al mundo que me rodea. El amor de verdad nos exije que nos demos por entero, que compartamos todo aquello que conocemos e incluso lo que desconocemos de nosotros mismos, ya sean sueños o realidad! Para eso sirve el amor, para abrirnos los ojos a lo que hay en nuestro interior…

Un sueño nos permite elejir qué vemos y qué vivimos! La realidad, en cambio, con amor, nos permite transformar la realidad hasta lograrla hacer de ella un sueño! ¿Cuántas personas se obstinan en soñar, mientras huyen despavoridos de su completa realidad, incluso renunciando a amar? Amar es soñar! Pero el amor debe ser real y mágico, libre, cotidiano y simple, nunca una fantasía solo soñada e inalcanzable más! Y para amar de verdad, siempre hay que hacerlo con los ojos bien abiertos a la realidad! Si no lo hacemos así, el amor se hace solo etéreo, frágil y fugaz, como esa felicidad de fantasía que creemos somos capaces de alcanzar! Y, un sueño tras otro sin cumplir, nos llenamos de dolor el corazón y de miedo ante la vida! El verdadero amor solo se descubre con verdadero amor y en él ya no hay realidad ni ficción, sino que simplemente es sueño y realidad… y se siente como tal! No busques solo sueños, intenta por fin día a día hacerlos tu realidad! Siente lo que sientes y vivelo tal como llega a tu vida, siempre es el momento para convertir tu propios sueños en realidad… y compartirlo de verdad, por amor!

Ya no quiero compartir solo sueños, quiero compartir realidad creada a partir mis propios sueños… y así amar de verdad! No me conformo con soñar y hablar con palabras sobre el amor o la felicidad! Mi sueño de amor hoy necesita compartirme, compartirse en la realidad de mi ser y en la realidad cotidiana del otro y de mi vida! Si no te amas a ti mismo como para perseguir y alcanzar la felicidad, si solo cierras tus ojos para no ver entera la vida que te rodea, no hablamos de sueños de amor, sino de necesidad de huir de la realidad! Necesidad de seguir fantaseando en busca de una felicidad igualmente de fantasía, ausente de realidad! Y la felicidad, para sentirse, ha de ser siempre real!

VN:R_U [1.9.10_1130]