Revista Educación

Amarás, confortarás y honrarás, pero no obedecerás

Por Siempreenmedio @Siempreblog
Acampados esperando la boda real

Acampados esperando la boda real

Ya, ya sé que no salgo de la temática monárquica últimamente, pero qué quieren, es que me lo ponen a güevo, que diríamos por estos lares.

Resulta que hace un par de días se casaron estos chiquitos ingleses, Guillermo y Catalina que, vete tú a saber, igual reinan y todo en la Gran Bretaña algún día (siempre y cuando muera la abuela y el padre no sea tan longevo como ella). Hasta ahí todo normal, bueno, todo lo normal que puede ser una boda real británica, con esos fans que ni los de Lady Gaga, porque algunos acamparon en el entorno de la abadía de Westminster unos días antes para no perderse el evento. Fervor monárquico lo llaman.

La cuestión que a mí me ha llamado la atención, lejos de la atención mediática, el fanatismo, la lista de invitados (Mr. Bean o David Beckham pero no Blair) o lo que comerá esta gente para celebrarlo (con lo raritos que son también para eso), es que la chiquita, Kate para los amigos, rompiendo la tradición, no prometió obedecer a su señor esposo, sino que se comprometió a ’amarle, confortarle y honrarle’.

A mí, que ya me cuesta creer que alguien pueda comprometerse a amar, honrar y confortar por un largo periodo de tiempo a alguien, plantearme siquiera lo de la obediencia a un igual me suena a chino mandarín en pleno siglo XXI. Peeeeeero, es que ahí no queda la cosa, es que Kate, además de lo de la obediencia, se ha permitido el lujo de no llegar virgen al matrimonio. Y claro, si no obedece y no es virgen yo lo que espero es que por lo menos pueda procrear, porque si no ya me dirán su utilidad.


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