En ese contexto es más que posible la existencia de Ambrosio Aureliano, origen según muchos del mito del rey Arturo.
El desenlace del enfrentamiento entre britano-romanos y sajones y otros pueblos bárbaros fue trágico. Una gran parte de la población se trasladó a la Galia, a la Armórica que comenzó a conocerse como Bretaña. Otro contingente menos importante lo hizo a las costas gallegas y astures donde llegaron a fundar el obispado de Britonia (en la actualidad Santa María de Bretoña, en A Pastoriza) y un monasterio en la circunscripción de Foz ambos dirigidos por un obispo-abad.Finalmente los britano-romanos quedaron reducidos a una estrecha franja en el este de la isla desde donde también sufrieron el acoso de pictos y escotos.
Los historiadores no discuten que Britania sufrió un gran retroceso material y cultural, mucho más marcado que en otras regiones de Europa y que tardó siglos en recuperarse de luchas civiles e invasiones.

Una pena que la victoria del Monte Badon en el 500 DC no supsiera la expulsión definitiva de los invasores de Britania, aún así la victoria romano-britana supuso un alto de varios años en el avance de los anglosajones. La cultura popular ha relacionado al Rey Arturo con el mando de las fuerzas britanas y es muy posible que detrás de este mítico nombre se esconda la figura de Ambrosio Aureliano a quien dedicamos un respetuoso recuerdo desde esta página.
