Crítica: 5,108 Público: 5,580 España: S/C Rugoleor: S/C
Ficha:
Título Original: Amelia
Directora: Mira Nair
Guionistas: Ronald Bass, Anna Hamilton Phelan
Intérpretes: Hilary Swank, Richard Gere, Ewan McGregor, Christopher Eccleston, Joe Anderson, Cherry Jones, Mia Wasikowska, Aaron Abrams, William Cuddy
Productores: Lydia Dean Pilcher, Kevin Hyman, Ted Waitt
Fotografía: Stuart Dryburgh
Música: Gabriel Yared
Montaje: Allyson C. Johnson, Lee Percy
Nacionalidad: Estados Unidos, Canadá
Año: 2.009
Duración: 112 minutos
Edad: 7 años
Género: Aventuras, Biográfica, Drama, Romántica
Distribuidora: Hispano Fox Film, S. A.
Estreno: 20-11-2.009
WEB Oficial: Web Oficial de la película en España
Espectadores: 202.520
Recaudación: 1.213.380,03 €
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Popularidad: 0,00%
Sinopsis:
“Amelia” está protagonizada por la actriz ganadora del Oscar en dos ocasiones Hilary Swank, que interpreta a Amelia Earhart, la legendaria piloto y un enigmático símbolo del espíritu libre americano, cuya existencia se rigió por una profunda curiosidad por todo lo que la vida le podía ofrecer. Los precoces triunfos obtenidos por Earhart en el ámbito de la aviación y su meteórico ascenso en fama y fortuna, recibieron el estímulo de su tempestuosa asociación y posterior matrimonio con el editor George Putnam (Richard Gere). Unidos por su mutua ambición, admiración y, finalmente, gran amor, el vínculo entre ellos no llegó a romperse ni siquiera con la breve pero apasionada aventura que Earhart mantuvo con Gene Vidal (Ewan McGregor). Earhart fue la primera mujer que cruzó el Atlántico en solitario y fue el primer piloto, ya sea masculino o femenino, en atravesar el Pacífico, también en solitario. En su intento por ser la primera persona en dar la vuelta al mundo por la ruta ecuatorial, la vida de Amelia se vio truncada trágicamente por su misteriosa y prematura desaparición en las aguas del Pacífico Sur en el año 1.937.
Comentario:
Pronto ya no quedará ninguna biografía ejemplar que llevar al cine. Ahora le toca el turno de Amelia Earhart, una pionera de la aviación (y de los derechos de la mujer) que, con 39 años, se perdió en el cielo intentando dar la vuelta al mundo pilotando un aeroplano. El sorprendente parecido corre a cargo de una oscarizable Hilary Swank. Curiosamente, ocurre poco después que, en otro registro, Amy Adams diera también vida a la soñadora en la comedia “Noche en el museo 2”.
Crítica:
22-11-2.009 – ANTON MERIKAETXEBARRIA
Con las alas rotas
Por lo general, cuando alguien se decide a rodar una película biográfica, suelen ocurrir dos cosas: que se pasa por exceso o se queda corto por defecto. A la inquieta realizadora hindú Mira Nair no le sucede ni una cosa ni la otra. Sino todo lo contrario... Bromas aparte, la autora de “Kamasutra” no ha estado acertada en este frustrado 'biopic' de la aviadora norteamericana Amelia Earhart, la primera mujer en cruzar en solitario el Atlántico, a bordo de un avión Lockheed Vega 5b, entre el 20 y el 21 de mayo de 1.932. Amelia desapareció sin dejar rastro, en aguas del Pacífico, cerca de Howland Island, cuando daba la vuelta al mundo en 1.937.
Singular personaje, encarnado con cierto empaque por Hilary Swank, pero a años luz de la fuerza con que impregnaba su oscarizada interpretación en “Million Dollar Baby”, puesto que no existe la debida sintonía entre actriz y directora. De ahí que el resultado final deje mucho que desear. Lo mismo que la presencia de un anodino Richard Gere, metido con calzador en un título con las alas creativas rotas. Por otra parte, la escenografía, en lo tocante a las descripciones aéreas, filmadas entre 'cúmulus', 'cirrus' y 'nimbus', son muy decorativas, cortesía del reputado camarógrafo australiano Stuart Dryburgh, iluminador asimismo de “El piano”.
Sin embargo, el resto de los elementos puestos en juego esta vez por su máxima responsable carecen de la exigible prestancia. Tengamos en cuenta, además, que los apasionantes desafíos emprendidos por la inolvidable Amelia Earhart -una de las grandes damas del siglo XX, junto a Marie Curie, Virginia Woolf, Violette Szabo o Teresa de Calcuta- pedían a gritos una potencia descriptiva de primer orden, como corresponde a una aviadora, que hizo de sus rumbos celestiales un modo de vida. Como muy bien demostró en su día otro de los más heroicos pilotos que hayan surcado el firmamento estrellado: Antoine de Saint- Exupéry (“El principito”), para quien volar como los pájaros era su razón de existir.