Revista Homo

América Latina "Sexo entre mujeres"

Por Daniela @lasdiosas
De acuerdo con un estudio realizado por el Lesbian Community Cancer Project en Estados Unidos durante la década de 1990, aproximadamente 25% de las mujeres lesbianas encuestadas evitaban acudir a los servicios de salud por miedo a que sus proveedores tuvieran alguna actitud negativa hacia ellas debido a su orientación sexual (Zmuda, Richard Lesbians and Cancer Risk).
Estudios en ese mismo país, como los realizados en 1998 por la Gay and Lesbian Medical Association , afirman que las mujeres lesbianas podrían correr mayor riesgo de desarrollar cáncer de mama que las heterosexuales, ya que sólo el 37% de las lesbianas participantes en esta investigación habían estado embarazadas, frente al 83% de las mujeres heterosexuales. Si por un lado el riesgo aumenta al no estar expuestas a la hormona liberada durante el embarazo que tiene efectos preventivos respecto al cáncer, la correlación estadística cobra sentido también si se tiene en cuenta que la mayoría de las rutinas de salud de las mujeres están asociadas a su condición reproductiva: aquéllas que no optan por la maternidad están excluidas de rutinas y prácticas de detención temprana de patologías como el cáncer de cuello uterino o el cáncer de seno.
En el campo de la Salud Sexual y Reproductiva en Colombia no se cuenta con estudios con este grado de especificidad, excepto algunos que han descrito la baja percepción de riesgo ante el VIH-SIDA e ITS por parte de las mujeres, relacionada con el hecho de que la mayoría de los programas de prevención es dirigida a hombres gays.
Por ello es novedoso el proyecto “Sexo Oral: La Guía para Mujeres que queremos sexo seguro con mujeres”, del colectivo Mujeres AL BORDE, resultado de varios años de trabajo sobre la salud de mujeres lesbianas, bisexuales y transgeneristas, entre otras.
El colectivo Mujeres AL BORDE se define a sí mismo como “un grupo de inconformes con el género y la heteronormatividad, en el que trabajamos mujeres bisexuales, transgénero, lesbianas, heterosexuales, personas queer y también hombres que le apuestan a nuevas formas de vivir y construir sus cuerpos y su identidad de género”.
Desde el año 2001 Mujeres AL BORDE trabaja por los derechos de las personas LGBTIQ, a través de prácticas artísticas, culturales y comunicativas, que tienen lugar en escenarios físicos y virtuales, donde retan “la amargura y la violencia del orden de género, heteronormativo y patriarcal” y propician lugares “…para el encuentro de múltiples diversidades, espacios por donde queremos que circulen y se conecten nuestros deseos, memorias, conocimientos y revoluciones”.
En entrevista con el CLAM, Mujeres AL BORDE comentan de qué se trata el proyecto “Sexo Oral…”.
¿Cuáles son los antecedentes de la guía de sexo seguro?
Esta guía de sexo seguro entre mujeres es la primera que se publica en Bogotá. Nace de los aprendizajes compartidos por casi 1.000 mujeres y personas trans de diversas orientaciones sexuales, participantes de nuestro proyecto en salud sexual: SEXO ORAL, con el que hemos realizado 21 talleres durante nuestros 9 años de trabajo en Bogotá. Para la continuidad y fortalecimiento de SEXO ORAL ha sido clave el apoyo financiero de ASTRAEA Lesbian Foundation for Justice.
Los talleres de SEXO ORAL, nacieron de la necesidad de crear un espacio donde pudiéramos hablar y compartir abiertamente experiencias, fantasías e inquietudes acerca de nuestras sexualidades. Como sabemos que la sexualidad es un tema que nos han enseñado a callar, diseñamos una estrategia para que los y las participantes nos sintiéramos motivadas a hablar; por eso planteamos el taller como un juego muy divertido, es una especie de concurso donde hay equipos, pruebas, preguntas, puntos, mucho humor, erotismo y, por supuesto, ¡un premio!
En SEXO ORAL todas las opiniones son respetables porque tienen que ver con la experiencia que cada uno y cada una tiene de su propia sexualidad. Experiencias sumamente diversas, teniendo en cuenta que en ellos hemos estado personas con edades, orientaciones sexuales, identidades de género y de cuerpo muy distintas entre sí.
Por eso, la intención explícita del taller es ampliar el espectro de nuestras posibilidades de placer, liberarnos de tabúes y prejuicios acerca de nuestros propios cuerpos y de los cuerpos de los y las otras, así como de aquéllos asociados a nuestras prácticas sexuales; para asumir con responsabilidad los riesgos que estas prácticas puedan conllevar para nuestra salud.
Algo muy interesante es que a través de esta metodología, pensada para generar risas, confianza y complicidad, hemos logrado en la mayoría de los talleres el ambiente justo para tratar temas muy serios y también muy graves que afectan nuestras posibilidades de ejercer sexualidades libres y plenas.
Por ejemplo, hemos podido trabajar sobre la violencia sexual entre parejas de mujeres y sobre la discriminación entre nosotros y nosotras mismas. Entonces hacemos actividades que nos cuestionen, nos desenmascaren y nos permitan mirar críticamente prácticas de violencias y de discriminación entre nosotras, como las que se dan hacia mujeres transexuales o intersex, quienes también son mujeres lesbianas o bisexuales. Por eso, para nosotras es importante reconocer cómo nuestras posibilidades de amor y erotismo muchas veces están atravesadas por relaciones de poder que hay que transformar.
¿Qué prácticas asociadas a la salud sexual de las mujeres LBTIQ han encontrado en los talleres de Sexo Oral?

Respecto a temas específicos de salud sexual, en los talleres de SEXO ORAL pudimos evidenciar que las mujeres desconocían cuidados básicos para tener sexo con otras mujeres, que muchas de nosotras no visitamos a la ginecóloga o ginecólogo, que hay mucho desconocimiento acerca de prácticas sexuales de riesgo y que casi ninguna considera necesario hacerse la prueba del VIH.
Esto nos hizo soñar durante mucho tiempo con la existencia de una guía de sexo “seguro” entre mujeres, donde pudiéramos compartir muchas preguntas que habían surgido en el contexto de los talleres, tratando de responderlas de la manera más sencilla y cercana posible.
La guía fue apoyada financieramente por Fondo Mujer, en el marco de un proyecto que coordinamos Claudia Corredor y Ana Lucia Ramírez y que lleva el nombre de “Al Borde de lo inédito”.
En la elaboración de la guía también participaron Alejandra Daza, Daniela Santos, Sandra Ramírez y María Paula Houghton, quien se encargó de asesorarnos desde su experiencia como médica residente en ginecología y obstetricia.
¿Por qué consideraron importante hacer este manual de sexo para mujeres lesbianas y bisexuales?

Porque encontramos que en nuestro país y en otros países de América Latina y el Caribe existe un gran vacío de información acerca de nuestra salud sexual y de nuestras sexualidades en general, que se basa en gran medida en el prejuicio médico/ginecológico de que todas somos “heterosexuales”, y desde allí se escuda para no pensar ni atender adecuadamente las necesidades en salud sexual de las mujeres que tenemos sexo con mujeres.
Además, es muy difícil acceder a material en español sobre nuestra salud sexual y, mucho más difícil, encontrar material escrito desde el Sur de América en nuestro propio lenguaje, desde nuestros propios procesos. Nuestros saberes forman parte de un conocimiento que no circula, que no se considera “legitimo” y cuya producción y publicación no es incentivada.
¿Por qué creen que los saberes producidos desde los grupos y las organizaciones no circulan?

Retomando a Foucault, creemos que eso está relacionado con una lógica del poder que ha construido ciertos conocimientos como “sometidos”. Esa lógica opera con efectividad para que algunos y algunas no podamos dar sentido a nuestras propias experiencias corporales, sexuales, eróticas, afectivas; y atenta en este caso contra nuestro derecho a la vida, a la salud, a la orientación sexual.
Creemos que ese mito extendido que nos dice que “nuestras prácticas sexuales no son de riesgo” o que “nosotras no necesitamos del ginecólogo o ginecóloga”, se constituye como nuestro principal factor de riesgo para el contagio de ITS, VIH/SIDA o para el desarrollo de enfermedades graves como el cáncer de mama o de cuello uterino.
¿Qué impacto esperan lograr con la publicación de “Sexo Oral…”?

“Sexo Oral: La Guía para Mujeres que queremos sexo seguro con mujeres” es nuestra acción para romper con esos mitos que nos están enfermando y matando. Es también una acción de autonomía, visibilidad y ejercicio de nuestros derechos, de nuestra salud, de nuestros saberes y de nuestros placeres.
Nos sentimos muy satisfechas de haber logrado publicar la guía, sabemos que se trata de un material útil para muchas mujeres. En dos meses y medio hemos recibido cerca de 8.000 visitantes a la versión digital que hemos subido a nuestra web, lo cual demuestra que en América Latina y el Caribe muchas mujeres queremos sexo seguro con mujeres.
¿Qué lugar ocupa el placer frente a la prevención en esta propuesta?

Al hacer la guía nos propusimos imprimirle el “estilo” de los talleres de SEXO ORAL. Para sus ilustraciones y su escritura quisimos un lenguaje sencillo, desinhibido, directo, con humor, que invite a quienes la lean a disfrutar de su sexualidad sin prejuicios, ni miedos, a gozar de sus zonas erógenas y a ejercer su sexualidad con creatividad y seguridad, solas, en pareja o con varias personas a la vez.
El tema del placer para nosotras es muy importante, de hecho, la primera parte de la guía es el “TOP 5 de las prácticas sexuales favoritas de Mujeres Al Borde”, donde las describimos y damos algunos “tips” para gozarlas mucho. Allí incluimos una práctica que ha generado siempre mucha controversia en nuestros talleres: el sexo anal. Lo consideramos muy importante por que creemos que no deberían haber zonas vedadas para el placer en nuestros cuerpos.
El lenguaje del sexo seguro, para que sea llevado a nuestras camas y a nuestras vidas cotidianas, tiene que ir más allá de la descripción de las ITS, y de enseñarnos cómo hacer las barreras de látex o cómo lavar nuestros juguetes sexuales; también requiere de un esfuerzo por mirar nuestras sexualidades con la mayor apertura posible, de modo que hayan muchas mujeres que en esas “sutilezas” del lenguaje sientan expresadas sus propias experiencias o inquietudes y, sobre todo, no se sientan juzgadas o excluidas. En este sentido, habría sido maravilloso contar con más recursos para poder profundizar en muchos aspectos que apenas quedaron enunciados, o para abordar otros que ni siquiera alcanzamos a nombrar.
Frente a la prevención, pensamos que un primer paso es reconocer que en el sexo entre mujeres sí hay riesgos, y saber de qué manera podemos disminuirlos. En esta guía planteamos las prácticas de sexo seguro y aquellas que nos aseguran placer y seguridad a nosotras y a nuestra compañera o compañeras sexuales.
El sexo seguro que queremos las mujeres con otras mujeres es: más placer, más salud, más confianza, más autonomía, más juego erótico, más derechos, más información.
Fuente: Clam

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