Revista Cine
Director: Bart Layton
Me topé con el afiche de "American Animals" por ahí y no me llamó mucho la atención, de hecho pensé que sería la típica película de... bueno, a estas alturas ya no importa. Pero resulta que después se estuvo exhibiendo en algunos festivales (debutó, eso sí, a principio de año en Sundance), cosechando bastantes alabanzas, y aunque en general la opinión de los medios me importa un pepino, ciertamente despertó mi interés su buena recepción. En esencia, "American Animals" es un buen heist, correctamente narrado y dirigido, cuya gracia vendría siendo el somero juego entre ficción y realidad, pues la historia que se nos cuenta está basada en un hecho real (es más, la película comienza con una pueril y provocadora boutade que, cito -casi- textual, indica que esta película no está basada en una historia real; esta película ES UNA HISTORIA REAL) y, entre medio de las escenas mayoritariamente ficticias (o recreadas, o reconstruidas del montón de testimonios y documentos y archivos sobre el asunto), vemos a los verdaderos involucrados hablar sobre el dichoso asunto, sus versiones discrepan en detalles (detalles banales, claro), supuestamente sus palabras ahondan en la psicología y en la moral de los personajes recreados, etc... Aunque es un recurso curioso, no le veo la mayor utilidad y no hace que este heist sea menos heist o más heist, ¿capisci? Si el director pretendía meter el dedo en la llaga o darle hondas capas a los personajes o a la historia, la verdad es que no lo logra porque, insisto, "American Animals" no es más que un correcto y solvente (instrumental y esquemático), incluso algo impersonal, heist. Así de simple. Y los lugares comunes que no pueden faltar, el no habrá heridos, el ¿quieres seguir siendo un gusano toda tu vida o quieres tomar el toro por las astas?, el teenage angst gringo, cosas por el estilo. El plan perfecto, la ejecución deficiente, las cosas salen mal, la escena surrealista/onírica que le da decisión al que duda (siempre hay alguien que duda y dichas escenas son tan inútiles, especialmente cuando comienzas por el robo: ¡ya sabemos que las dudas se disipan! y aún así nos tenemos que tragar discusiones sobre que uno no quiere y el no es definitivo no me molestes más te odio no quiero ser más tu amigo te voy a acusar con tu mamá ojalá te castigue por feo y hediondo), el in extrema res, las referencias a verdaderas joyas y obras maestras del heist... Pura mezcolanza pop y autocomplaciente.
"American Animals" es una buena opción para una tarde algo floja, sin mucho que hacer, pues entretiene lo suyo (sin ofrecerte grandes retos morales o qué sé yo), cuenta lo que quiere contar (aunque su metraje se alargue hasta las casi dos horas y de vez en cuando el relato se torne poco concreto) y, si bien Bart Layton no demuestra grandes o prometedores o esperanzadores dotes como director (como uno eficiente, sí, quizás lo llamen para dirigir una de superhéroes o algo así, o una de esas sobre periodistas descubriendo el gran complot americano que de vez en cuando hacen en Hollywood), tiene escenas muy bien resueltas (potenciadas, eso sí, por un montaje bastante certero y salvador) y logra sacarle jugo a su reparto, encabezado por Barry Keoghan y Evan Peters, ambos buenos actores, aunque el segundo siempre cae en la sobreactuación (¡gracias, Ryan Murphy!). Pero, más allá de esas características, ejem, redentoras, "American Animals" no es nada del otro mundo y ni siquiera el juego documental/ficción me parece lo más destacable de ella (si uno anda de malas, y no es que yo ande de malas, por favor, hasta puede parecer irritante).
No se perderán gran cosa si no la ven, y si la ven, tampoco esperen gran cosa.
...¿qué chucha hace la bandera chilena colgada en un supermercado de Kentucky?...