Revista Cine
"No se basa en una historia real, ES una historia real", así es el atinado comienzo de esta película semi-documental en la que Bart Layton alterna los testimonios de los auténticos protagonistas y la recreación con actores de los hechos verídicos. Lo que empieza como una broma jocosa se acabará convirtiendo en una trampa que cambiará para mal unas vidas corrientes, lo que nos lleva a pensar que el aburrimiento existencial puede ser un buen motivo para que cualquiera pueda cometer una gran estupidez, sobre todo si se tienen veinte años y la madurez mental de un pimiento morrón. Una "dramedy", en definitiva, bien ejecutada y con moraleja que confirma aquello de que la realidad supera la ficción.Puntuación @tomgut65: 6/10