Revista Cine
Aprovechando que la serie de televisión basada en este libro está en pleno auge, voy a sacar a la luz las cuatro notas que tenía guardadas desde que lo leí por si a alguien le interesa saber algo más del origen de la serie. Podéis leer tranquilos que no voy a destripar nada... ni a nadie.En primer lugar agradecer a Gaiman que comparta y divulge cómo escribe sus libros. Esta información es muy útil para alguien como yo que aspira a escribir algo decente algún día. Dicho esto, lo que parece una historia normal y corriente en la América profunda, pronto recibe el toque mágico de Gaiman y se transforma en algo genial cuando empiezan a ocurrir cosas de lo más extraño. Surgen conversaciones alucinantes derivadas de situaciones más alucinantes aún, que nos llevan a la conclusión de que nosotros, pobres mortales, no somos más que simples marionetas en manos de un caprichoso destino por llamarlo de alguna manera.En resumen, nos encontramos ante un road book (si existe este término para denominar al equivalente literario de las road movies) a través de los Estados Unidos, escrito en un estilo que me ha recordado mucho al de Stephen King. Me ha llamado mucho la atención el hecho de que Gaiman introduce como personajes numerosas divinidades de varias religiones y que son las que le dan título al libro, pero nada del cristianismo salvo alguna que otra mención a Jesucristo. ¿Será algo personal o que no quiso meterse en líos? Si puedo algún día se lo pregunto.