Cuando las pinturas deciden hablar
Visitar un museo y enfrentarse a las obras de arte que cuelgan de las paredes resulta ser hoy en día algo poco atractivo a los más jóvenes, quienes al final sólo atinan a ver unas costosas y viejas telas embarradas de pintura por la mano de algún famoso y que en resumidas no tiene nada atractivo comparada con uno de esos brillantes iPhones o iPads, a los que al menos pueden pellizcar y manosear todo el tiempo.
Quizás si esas pinturas pudieran contar otras historia, historias que no estuvieran sujetas solamente a la interpretación visual, o a la interpretación sugerida por los críticos de arte (aparte de aburridos, muchos de ellos nunca han usado una brocha o pincel para pintar nada), pues entonces pudieran adueñarse de esa representaciones aunque para ello hubiera que darles voz y movimiento.
Veamos pues que pudiera hacerse con esos viejos cuadros de Velázquez, Rembrandt, Toulouse-Lautrec y otros…