Revista Cultura y Ocio
Mi amigo Marcos es un amigo de bolas. A él le gusta decir que somos amigos de pelotas, pero yo prefiero decir que somos amigos de bolas, es más fino, y si digo pelotas, mi padre me cruza la cara. Todas las tardes nos vemos en el mismo sitio; lo pasamos pipa, o cojonudo, como dice Marcos. Nos subimos por las escaleras; pasamos por escondites; nos tiramos por el tobogán... y al final acabamos zambulléndonos en la piscina de bolas, o de pelotas, como Marcos dice. Bueno, esto es de lunes a viernes; los fines de semana... no tengo amigos.Texto: Enrique Moreno Martínez.