Siempre se ha dicho y todos lo sabemos «el hombre es un animal social», «el hombre es social por naturaleza» es por eso que necesita de otras personas. No importa tanto la relación que mantenga con ese individuo (amigo, primo, madre) ni sus sentimientos en cada momento (puede hayaron enojado con su hermano, enamorado de una amiga, odiando a su padre porque le ha engañado…etc) Depende del carácter de cada persona que necesite 2,3,4 ó más personas en su círculo o menos. En este artículo nos centraremos en las relaciones de amistad y en como con cambiando las necesidades del individuo a medida que va pasando por las diferentes etapas de su desarrollo. A medida que nos vamos haciendo mayores nuestro círculo de amistades se vuelve más reducido. Vamos aprendiendo y valoramos la amistad de un modo cualitativo no cuantitativo, que es lo que realmente merece la pena. Existe una sensación de vacío que experimenta mucha gente, sienten que les falta algo. Normalmente se trata de cariño, amor, afecto o como lo quieras llamar pero te aseguro que con solo dos amigos de verdad ese vacío se verá colmado, la persona será más feliz y, por lo tanto, más saludable. Teniendo amigos, además, aprendemos a ser mejores personas ya que desarrollamos una serie de valores que no son posibles en solitario como por ejemplo compartir.
El amigo de corazón, siempre está ahí, para lo bueno y para lo malo, eso sí, sin perderse en el otro y siendo siempre fiel a sus necesidades porque si nos traicionados a nosotros mismos, entonces también traicionaremos a los demás y, en este caso, sí que no podremos tener amigos.
La amistad o los sentimientos de amistad despierta nuestra bondad y nuestra solidaridad. No estamos solos en el mundo. Somos tan diferentes unos de otros que nos sorprende darnos cuenta de lo parecidos que somos en realidad: tenemos problemas económicos, conflictos con los hijos, nuestra pareja nos es infiel, nos hemos quedado sin trabajo por reducción de plantilla….. Al vernos reflejados en la misma problemática que la de un amigo nos hace ser más conscientes de que el mundo es igual para todos, con unas normas que hay que cumplir, tentaciones en las que cualquiera puede caer y el tremendo valor que da esta sociedad al dinero. Además, nos enseña a ser más empáticos, desarrollar nuestro sentido del humor como arma ante los problemas, ponemos en marcha la escucha activa generándose un positivo feed-back entre ambas personas y también aprendemos a ser más generosos.
No solo aprendemos de nosotros mismos sino también de las dificultades de los amigos y las consecuentes consecuencias con las que deben acarrear por lo que mejora nuestra capacidad de tomar decisiones.
Al sentirnos parte dentro de un grupo, quién dijo tres es multitud? Nos sentimos reforzados y más seguros al saber que contamos siempre con su apoyo. El darnos cuenta de lo que nos parecemos a nuestros amigos ya sean virtudes o defectos (egoísta, emprendedor, entusiasta, tacaño….) Y nuestras diferencias, incluso las físicas (Laura es alta y yo soy bajita) nos ayuda a conocernos mejor y desarrollar positivamente.nuestra autoestima.
- Para terminar os dejaré con una frase del sabio filósofo Aristóteles: » Existen varios tipos de amistad: por placer, por utilidad y la verdadera amistad» y yo te recomiendo que te quedes con la última.