Abría esta mañana, pretendiendo homenajear a la mujer en su día, con una entrada dedicada a una mujer del siglo XX, una excepcional mujer, la pintora Maruja Mallo.
Ahora, quiero volver a rendir mi más sincero homenaje a la mujer, en la figura de Aminetu Haidar, una mujer del siglo XXI. Y que ese homenaje se extienda a su pueblo. La maltratada, abandonada y aplastada República Saharaui.
Ayer, vísperas del día de la Mujer, Aminetu estuvo en Granada. Protestando delante de esa sede donde se ha firmado un acuerdo con Marruecos. Donde los intereses comerciales han primado sobre los derechos humanos, a pesar de lo que digan nuestros próceres políticos. Ayer Aminetu mantuvo el tipo y quiso estar donde ocurría la ignominia que, entre otras cosas, consolida una situación injusta, perpetuando a un Estado seudo-democrático e invasor.
Esta mujer luchadora, cuya vida ha pasado entre el frío de las cárceles marroquíes, el cerco de su domicilio y las manifestaciones a favor de su pueblo, ha sido, es y será un ejemplo. Será recordada por su lucha. Hace poco, todos sabemos que puso de rodillas a dos Estados, Marruecos y España, con su huelga de hambre. Que defendió la dignidad de su pueblo a costa de poner en peligro su vida. Pero no descabalgó, continuó hasta que tuvieron que torcer su brazo y darle la razón.
Europa ha firmado un acuerdo que otorga impunidad a Marruecos. Con el presidente Zapatero a la cabeza, Europa rindió pleitesía a un estado predemocrático. Es de recibo recordar que los acuerdos internacionales de la Unión Europea tienen siempre cláusulas de cumplimiento de derechos humanos con el o los países firmantes. Y ayer se firmó un acuerdo que vuelve a consolidar una situación donde no se respetan los derechos fundamentales, entre ellos, el derecho de autodeterminación de los pueblos. Incluso en contra de la resolución emitida en su día sobre la autodeterminación del pueblo Saharaui por parte de la ONU.
Europa en su conjunto, como antes lo hizo España, ha vendido el Sahara a Marruecos por unas pocas monedas. A pesar de los pesares, a pesar de llenarse la boca de derechos humanos, esta Europa de mercaderes antepone sus intereses comerciales a la Justicia y los derechos democráticos fundamentales.
Otra vez, Marruecos ha ganado la batalla con la ayuda de su amigo del Norte. Otra vez, los derechos del pueblo saharaui han sido pisoteados. Otra vez Europa ha perdido la oportunidad de forma vergonzosa. Era el momento de exigir a cambio de ese tratado comercial –en el que entran en el juego, aguas saharauis—, algo tan simple como que Marruecos cumpliera con la ley internacional, con la ONU. Que proclamara un referendo de autodeterminación del pueblo saharaui. Pero Europa se ha vuelto a vender al amigo marroquí.
Y Aminetu estaba allí, de nuevo, para protestar por este regalo al reino alauita, para pedir Justicia para su pueblo. Porque la razón no se gana con acuerdos entre mercachifles, sino defendiendo la bandera de la verdad. Se ha perdido una oportunidad para decirle al reino de Marruecos que Europa sólo firma tratados con países que respeten los derechos de los pueblos, y que en el Sahara tiene que haber un referendo para que el pueblo se defina. Pero eso es demasiado para esa Europa de mercaderes, donde unas naranjas o unos tomates valen mucho más que la libertad y la justicia de un pueblo.Aminetu hoy sabe que hay que seguir luchando. Hoy, día de la mujer, sabe más que nunca, que nadie le ha regalado nada, ni por saharaui, ni por mujer. Que en el Norte la preocupación es otra, pero que la libertad de su pueblo está escrita en el horizonte. Y seguirá, porque nadie derriba a una mujer como Aminetu, y mientras, en la Europa vieja y cansada seguiremos comiendo verduras, hortalizas y frutas de un pueblo que riega sus huertos con sangre saharaui.
Salud y República
P.D. Las fotos las he tomado del álbum que han elaborado los compañeros Manolo Ruda y Juan Segovia que también han escrito sobre el tema.