Alberto Comesaña y Cristina del Valle eran novios cuando a inicio de los noventa formaron el dúo Amistades Peligrosas. Sacaron dos discos de pop guarrete. Casi toda su producción: el chis-pún electrónico con casiotone de baratillo.Triunfaron un tiempo hasta que empezaron a tirarse los trastos a la cabeza.
Historia
Su primer disco fue Relatos de una intriga en 1991. Dicho álbum contiene el que será su gran éxito hasta día de hoy, “Estoy por ti”, una apología del acoso sexual que sirvió de fondo hasta de la publicidad de Televisión Española.
A partir de ahí, su popularidad se traduce en
Rompieron su romance y sacaron otros discos con influencias celtas y crítica social variada.
Ella se lió con un gaitero y él no se lo tomó muy bien, así que se separaron. Cristina hizo pública la ruptura, también artística del dúo en una entrevista en directo en TeleMadrid, sin que Alberto se lo esperara. Fue un escándalo público.
En 2003 regresan con un disco que pasó más desapercibido que Mikel Herzog en Eurovision y en 2005 se separaron pa'siempre
Unos años después, en 2008, Alberto ficha a una chica llamada Yolanda Yone y reforma el grupo bajo el nombre Nuevas Amistades, a veces también con el nombre de Nuevas Amistades Peligrosas y cantan viejos éxitos y temas nuevos. Pero como en prensa alguna vez figuró que el grupo se llamaba Amistades Peligrosas a secas, Cristina se cabreó y le amenazó con una maldición gitana que le dejaría calvo, que ella era la única dueña del nombre del grupo.
Se puso celosa y refundó Amistades Peligrosas con un canoso muy atractivo llamado Manu Garzón Sacaron un disco llamado El arte de amar que tenía revisiones de temas antiguos. Evidentemente ante eso y que estaba desfasado, se comieron un mojón. Manu Garzón abandonó el grupo para cumplir su sueño de ser cantante de orquesta y entró Marcos Rodríguez y sacaron un disco llamado Pacto de sal con el que se comieron mojón y medio.
Y bueno, ahí siguen, viviendo de las rentas.