Si echamos la mirada atrás y nos fijamos detenidamente en las primeras películas del director Michael Haneke encontramos algunos trabajos buenos e interesantes, pero pocos soberbios. Tomando como ejemplo su conocida y prestigiosa Funny Games nos encontramos ante una película de una violencia casi gratuita y desagradable que parece no tener otra finalidad que simplemente desagradar al público, y el producto final nos deja algo vacío e injustificado. En cambio en sus últimas dos películas ha depurado su estilo y ahora su mundo es más sutil, menos explícito y más efectivo. En La cinta blanca su poder de sugestión se disparó, y toda la sordidez que se oculta bajo el tejido social del pueblo aflora como el olor a carne podrida. Mucho más efectiva que la de Funny Games en este aspecto. En el caso de su última película, Amor, el sórdido universo en el que suele moverse se desdibuja un poco para dejar a la vista una historia que habla de los límites a los que puede llegar el cariño entre dos personas.
Georges y Anne son un matrimonio de ancianos que llevan toda la vida juntos y se siguen queriendo como el primer día. Pero su situación se volverá más difícil cuando a Anne le tengan que realizar una complicada operación y esta salga mal. La mitad derecha de su cuerpo quedará irremediablemente paralizada, y el mal se irá extendiendo a todo su cuerpo. Será entonces cuando Georges tendrá que demostrar con hechos lo que siente por su mujer.
Como su propio nombre indica, la última película de Haneke habla del amor, pero no del que estamos más acostumbrados a ver en el cine, ese entre dos jóvenes que se dicen "te quiero" constantemente y se besan sin parar. Es un amor incondicional, uno depende plenamente del otro, Georges se desvivirá por Anne y lo dará todo, aceptará que su vida ha cambiado radicalmente y se adaptará a ella.
Desde el inicio conocemos cual es el terrible final que le espera a Anne. Esta mostrado con una sequedad casi terrorífica, la naturalidad con la que los bomberos entran en la casa rompiendo la puerta para encontrarse el cadáver ya malogrado de ella. La utilización de las elipsis es sensacional. Cuando por primera vez Anne manifiesta síntomas nos sorprende a todos, tanto a los espectadores como a Georges. Georges se acostumbrará a verla diariamente y no se sorprenderá por la desmejora de su mujer, pero cuando el público ve por primera vez cada una de las fases de la involución recibe un mazazo, al igual que la hija cuando se encuentra el estado de su madre.
Tanto Jean-Louis Trintignant como Emmanuelle Riva realizan interpretaciones perfectas. Ambos personajes son complejos y llenos de matices. Son fuertes cada uno a su manera, pero encontrándose en una situación tan complicada no es fácil evitar ciertas discusiones. Ella no quiere torturarle, pero es incapaz de soportar su situación y tener que estar lastrando a su marido en todo. El ambiente no es el incómodo y violento que encontramos en otras muchas películas de su director, pero sí que está enrarecido y resulta incómodo.
Aquí vienen un par de spoilers. El simbolismo de la paloma del que tanto se está hablando ya. Bien podría ser la muerte del propio Georges, que por primera vez la repele y en segundo trata de atraparla; pero tampoco es necesario darle más vueltas de las que ya se le ha dado. Amor es una película hermosa, emotiva y llena de sentimientos intensos y profundos. Excelente. Cameo edita una cuidada edición de la última película de Haneke tanto en DVD como Bluray. Con buena calidad de imagen, subtítulos mejorables e interesantes extras entre los que destaca un making of de media hora.