Amor a plena luz del sol…

A veces pienso la cantidad de horas que empleamos a lo largo de nuestra vida para el amor! Cuántas horas antaño pasadas al teléfono o escribiendo, ante al armario eligiendo prendas, frente al espejo…. Cuántas horas para corroborar algo que sentimos dentro, pero que el miedo, muchas veces, nos oculta bajo un velo de dudas y de sinrazones, propias y ajenas! Cuántas conversaciones para ratificar algo tan claro como una emoción singular  e irreemplazable! Argumentos, dudas, razones, circunstancias analizadas, gestos diseccionados… hasta que uno se convence de lo que siente en su propio corazón! Cuántas horas y momentos intentando arrancar una respuesta o una reacción a alguien que amamos, para creernos correspondidos, para justificar nuestro amor… muchas veces antes errado o solo emulado!

Pero un amor verdadero lo es, sín más! Más alla de lo razonable o irrazonable que sea, más allá de que nos parezca el momento adecuado o no! Lo buscamos fuera, en vez de buscarlo donde está, en nuestro interior! Escudriñamos palabras, mensajes, expresiones, gestos, miradas, silencios, para intentar apaciguar nuestra inquietud mental! Elegimos cuidadosamente nuestras conversaciones, nuestras insinuaciones, nuestros guiños, para intentar sustituir el poder de la verdad en una simple mirada y de la paz que siente nuestro corazón cuando amamos de verdad! Pero, a la vez -vaya contrasentido éste- demasiadas veces evitamos o huímos de esa mirada mágica y esperada que apaciguaría nuestro corazón y disolvería las dudas de nuestra temerosa mente y borraría nuestro pasado malvivido! Aunque algunas veces, sin embargo, esa mirada no es posible como y cuando desearíamos… y entonces brotan nuestros fantasmas escondidos  (la soledad, el miedo a equivocarnos una vez más, al pasado o al abandono) y nos intoxican, haciéndonos sentir tristes o inquietos, resucitando ese tóxico instinto de supervivencia que nos exije protegernos y huir! Aunque deberíamos siempre recordar que, como en la vida, justo antes del amanecer es cuando más oscura es la noche…

Para mí, hoy, el amor es algo simple. Lo siento o no! Es una emoción pura que sale del corazón, pero en él puede haber amor o dolor! Cuando solo hay amor, no exije de mí esfuerzos, ni tretas ni artimañas… es algo que fluye y que me produce paz darlo y recibirlo… y me invita siempre a ser como ahora empiezo a ser, libre, valiente y vacío de pasado! Cuando, de tanto en tanto, reaparece el dolor, vuelven a surgir simulacros de amores como antaño (sí, esos mismos que aun miramos con nostalgia) que requieran lunas llenas y clandestinas, hechos de frases, pruebas y guiños premeditados, con conversaciones inteligentes y mesuradas para evitar ese sentimiento  o para lograr la seducción pasajera o la justa y obligada correspondencia! Aunque quizás para reinstaurar el amor en mi vida, quizás por primera vez, deba, de una vez por todas, confiar en mi Alma, creer fielmente en el amor y desterrar por fin el dolor, confiando de nuevo en la propia vida y en  la persona amada… para luego aceptar lo que tenga destinado para mí! Es entonces cuando mi libertad, mi obstinación, mi lucha, mi tenacidad, las dedique simplemente a estar bien atento a lo que realmente siento, a lo que veo y vivo a cada instante desde los ojos de mi corazón! Es también posible que ese amor verdadero -viable o no, aparentemente- sea tan puro y tan incondicional que ni siquiera deba ser correspondido para sentirlo como lo siento… pero nunca dudaré de que es amor, porque mi Alma lo siente como verdadero y porque me provoca paz y gratitud! Es posible, incluso, que ese amor no pueda ser vivido hoy desde fuera, que provoque lágrimas y no alegría, que no me permita vivir todos esos momentos y lugares celosamente guardados en el tiempo para ser compartidos como siempre soñé, que no traiga ahora caricias ni ternura a mi piel… pero en mi interior es y será siempre amor!

Quizás algún día llegará en que ese amor de verdad se manifieste dentro y fuera, en mi vida entera! Es posible que, entonces, se base solo en silencios, en melodías y en miradas… y que no tenga en cuenta la distancia ni el tiempo! Porque el amor es una actitud y, como tal, uno ha de ser libre y valiente… para que no deba ya ser premeditado ni planificado, sino que realmente fluya desde el corazón… y, a la vez, genere el mismo tipo de amor! Es posible también que, hasta entonces, los gestos, los guiños, las palabras, los rituales, la piel adorada, dejen de ser esenciales y temporalmente solo se nos permita soñar con ese otro amor tangible, sincero y compartido, para siempre! Que demos la oportunidad al tiempo! Porque lo importante será -y seguirá siendo siempre- la emoción de una simple y sincera mirada mútua compartida en silencio y que, a la vez, llegue algún día a convertirse en nuestra realidad, es decir, un amor siempre expuesto, mágico, grande, recíproco, manifestado, eterno, con pleno sentido, loco, contagioso, valiente, envidiado, cotidiano, creciente, sincero, satisfactorio, expansivo a todo lo que nos rodea, aclamado, gritado a pleno pulmón y sin miedo… y que algún día llegará a manifestarse a plena luz del sol, bajo un manto de estrellas cómplices o iluminado por la sempiterna luna plateada, cómplices todos ellos de nuestras almas unidas!

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