Revista Opinión

Amor bajo el espino blanco

Publicado el 27 septiembre 2012 por Missw @NeloSoriarti

Amor bajo el espino blanco
Amor bajo el espino blanco, es una película basada en la novela homónima de Ai Mi. Es una película que enternece y emociona, así que supongo que la novela merecerá todavía más la pena. Llega desde lejanas tierras de China para hacernos temblar, sonreír y llorar (si sois de lágrima fácil, como aquí una servidora, aceptadlo ya: podréis intentar evitarlo pero lloraréis).
Con Amor bajo el espino blanco, nos trasladamos a los años 70 de China, los más duros de su Revolución Cultural, y nos centramos en Jing, una joven de ciudad que es enviada al campo para su reeducación, donde conoce a Sun, un joven de buena familia que trabaja en una unidad geológica. Ambos, como supongo que esperáis, se enamoran, pero por razones políticas, familiares y por la angustia y la represión que se vive en China aquellos años, tienen serias dificultades y barreras infinitas para quererse libremente. 
Lo mejor de esta película es que estamos tan acostumbrados a los filmes norteamericanos, que cada plano y cada escena nos parecen una delicia. La delicadeza con la que es tratado esta historia de amor juvenil es muy diferente a la que podemos encontrarnos en las películas occidentales. Los sentimientos de Sun por Jing y viceversa, las secuencias en las que nadie habla y no suena ni un poco de música, pero que enternecen el corazón de cualquiera, los gestos, los detalles y el amor ideal pero represaliado que nos propone esta película, son los ingredientes de una nueva visión que nos abre horizontes, nos propone nuevos lenguajes de los que estamos acostumbrados en el cine y nos enternece profundamente (yo lloraba cada vez que la protagonista lloraba. Me era inevitable). Te gustará si te gustan las llamadas "pelis de llorar", si aprecias el cine hecho en otro contexto, en otra cultura e inspirado en otros principios e ideales diferentes a los occidentales y, sobre todo, si sigues creyendo en esos "amores de película" y te siguen pareciendo igual de hermosos que cuando soñabas con que podían ser reales.
Amor bajo el espino blanco

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