Revista Literatura
Mi Dios me ha hecho codiciosade este vasto amorque circula por mis venasy me quema.
Mi cuerpo sabe que el vientoescucha tras la ventana,como un ladrón intenta entrarcuando hacemos el amor.
Tu voracidad implacablemuerde mi sol resplandecientey atiza este ardor que sufro.
No respondas mis preguntassolo demuéstramecon primaveras enjaezadascuanto vale tu amor.
Cualquier idiomame sirve para decirteque inundare tu océanocon mis dulces fluidos.Marchando como una sombratras tu alma sin ocultarte nadate mostrare mi rubí.
No sea que la vidase me arranque de las manosy me vuelva solo pensamientos.
Adán se despojo de sus ropas, Eva vistió su corazón y juntos empuñaron el futuro…