Aquí tenéis el nuevo podcast, ¡espero que os guste!
Tener un hijo es una experiencia maravillosa, pero tener dos hijos, aunque es algo más agotador, es maravilloso por más motivos: y es que no solo ves crecer a ese nuevo bebé, a conocerlo y a jugar con él, sino que también ves como crece una relación entre los hermanos, una interacción que mejora cada día, cosas que hacen que mueras de amor viendo juntos a tus hijos.
Hoy os quiero contar varios momentos que vivimos casi todos los que tenemos varios hijos, que nos hacen morir de amor, y a veces salir corriendo a rescatar al bebé.
El primer encuentro.
Tras 9 meses de espera por conocer al bebé, estamos también deseando presentárselo a su hermanito, deseando saber cual será su reacción. Ese primer momento en el que el hermano mayor coge la manita del bebé es imborrable.
Los achuchones.
Los hermanos mayores, presten más o menos atención al hermanito pequeño, siempre quieren ir a darle besos y abrazos. A veces lo hacen con total delicadeza y otras veces parecen jugadores de rugby poniéndose encima del pequeño bebé. Lo más gracioso de todo es que algunos bebés no se molestan, al contrario, disfrutan de ese acercamiento y cariño de su hermano mayor.
Los hermanos mayores también quieren colaborar con las tareas del nuevo hermanito.
Una de ella es el baño. Como bañamos a los bebés en bañeras altas, los mayores pueden asomarse con un taburete a ver como se le da el baño, y podemos dejarles una esponjita para que colaboren. Con cuidado, porque tienden a tocarles la cara y los ojos lo que más.
Alimentación del bebé.
Una de las cosas que más gracia me ha hecho entre hermanos, es que la hermana mayor al ver a su hermano tomando pecho, ha querido tomarlo ella también sí, ¡pero también quería darle el suyo a él!
Consuelo del bebé.
Conforme el bebé va creciendo, la relación de hermanos va mejorando, y en muchas ocasiones es uno de los hermanos el único que consigue cortarle el llanto al llanto al otro hermano. Momentos tremendamente bonitos de lo que se quieren.
Jugando juntos.
Cuando empiezan a jugar, a pasarse juguetes, a discutir… pueden aparecen momentos más tensos, cosas de hermanos. Pero cuando alguien quiere molestar a su hermano, cualquiera de los dos defiende al otro y ahí ves que aunque tengan sus más y sus menos, se quieren por encima de todo.
Los hermanos se acompañan toda la vida, y creo que es uno de los mejores regalos que podemos hacerles a nuestros hijos.
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