Tras el "buen sabor de boca" que me dejaron los últimos libros leídos ambientados en la II Guerra Mundial, quedé con ganas de más. Bookworm fue quien me dio el empujón para leer el siguiente que tenía apuntado en la lista. Llevaba varios meses en ella pero hasta que no leí su reseña no me lancé a por él.
Poco a lo que ella ya nos contó voy a añadir, pues no podría estar más de acuerdo con la crítica que hizo. Os adelanto que es un libro duro, como todos los que se desarrollan en la época.
Para hoy martes he reservado una buena novela que nos acerca desde otro punto de vista al horror vivido en esos años. El telón de fondo abarca desde 1939 a 1946 más o menos, así nos moveremos por tres ciudades, París, Berlín y Mathausen, de la mano de cuatro personajes.
Rubén es un republicano español exiliado que vive en la capital francesa. Allí conoce al amor de su vida, Anna, una atractiva joven de madre alemana. La vida les sonríe, tienen trabajo y planes de boda pero es la primavera de 1940 y la Wehrmacht se ha hecho con el control del país. En un abrir y cerrar de ojos todo se tuerce: él es detenido por la Gestapo y ella se queda sola sin saber qué hacer por él.
Ahora han pasado cinco años, la guerra ha terminado y los partidarios de Hitler abandonan la zona. Rubén ha sobrevivido al campo de concentración donde lo destinaron, Mathausen, y ahora regresa a su hogar con la esperanza de encontar a Anna pero cuando llega nadie parece saber nada de ella. ¿Qué le ha pasado? ¿Qué es lo que nadie quiere contarle?
Y es que su pareja hará todo lo posible por dar con él. Todo dadas las circunstancias. Así, se convertirá, de la noche a la mañana en una espía para EE.UU que, en esos momentos, tratará de agenciarse a todo aquel nazi que pueda ayudarle a convertirse en una gran potencia.
Además, conoceremos a un ingeniero alemán con alma de músico y al superior de Anna, que viene a ser "otro mandado" como ella. En un principio la historia que despierta más curiosidad es la de la joven pues no sabemos cómo ha llegado a la situación en la que se encuentra pero si tengo que quedarme con un personaje, elijo a Rubén.
Su historia es tremendamente dura. Lo que lo mantendrá vivo será la esperanza de volver a ver a su esposa, como él la considera. "¿Volverán a estar juntos?" Es la pregunta que te perseguirá a lo largo de sus cuatrocientas setenta y nueve páginas.
Me ha gustado en especial porque es la primera que leo en la que el protagonista es un español republicano. Está bien documentada y la verdad es que he aprendido un poco más sobre el gran conflicto, por llamarlo de algún modo.
Otro punto a su favor: trata no sólo la "vida" en el campo de concentración, también el camino tan horrible que hicieron las personas hasta llegar a ellos. Días sin comer ni beber, hacinados en camiones de ganado, sin aire y con frío, mucho frío, de pie y sin moverse. La gran mayoría moría en el trayecto.
La verdad es que nunca, jamás, comprenderé lo que pasó, ni las razones que llevaron al Mundo a no hacer nada para evitarlo.
En cuanto a su estructura, cada parte está protagonizada por un personaje. Está narrada en tercera persona casi en su totalidad, excepto unos capítulos que son cartas que Rubén le envía a Anna. Destaca también la forma de relacionar a unos y a otros hacia el final de la novela.
Hay saltos de tiempo sin "aviso" pero cuando llevas pocas páginas ya te has acostumbrado a ellos. Lo único que no me ha gustado ha sido que te encuentras con frases largas y enrevesadas que tienes que leer más de una vez para comprenderlas. Unas veces me daba la impresión de que los verbos no concordaban y otras que los signos de puntuación no estaban en su lugar pero vamos, no es un obstáculo, ni mucho menos, pues no es algo que suceda cada dos por tres.
La forma de escribir del autor es peculiar pero te "haces a ella" sin esfuerzo. Lo que más me llamó la atención en este sentido fue que el sujeto de la oración en lugar de estar al principio de la frase está al final.
¿Más a su favor? Sí, la presentación. Una obra de tapa dura que conserva la misma imagen en la "falsa portada", esa que se retira, que en la "verdadera cubierta". Me pareció una buena idea porque yo soy de esos lectores que retira la "falsa" para que no se manche o rompa.
Sin más, espero que como yo, os lancéis a por ella. La historia que cuenta Andrés Pérez Domínguez en El violinista de Mathausen merece (bastante) la pena. ¡Saludos devorador@s!
Agradecimientos Algaida