El ser humano, en su afán de compartir la vida con sus semejantes, sentirse amado y acompañado, ha aprendido a emplear esas grandes aliadas que son las redes sociales, como un medio para conocer nuevas personas, con la esperanza de hallar, a través del ciberespacio ese ser especial, pero a veces el internet actúa como disfraz para los personajes más perturbadores y los sitios de citas pueden conducir a aterradores encuentros en la vida real, que han dejado a los que los vivieron con algún que otro trauma y un testimonio atemorizante.
El acosador:
Estuve hablando por unos días con un chico de Tinder, era agradable y aunque no era mi tipo conversé con el por un par días, durante ese tiempo , y sin darme cuenta, le mencioné mi lugar de trabajo. Una noche mientras trabajaba, vi pasar un hombre que se parecía mucho a él, pero como nunca lo había visto en persona no le puse mucha atención. Días después me escribió y le dije que le hablaría más tarde pues mi teléfono no tenía mucha batería. Al poco rato estaba en mi trabajo con una sonrisa y un cargador de iPhone. Me horroricé y supe que lo mejor era cortar cualquier tipo de lazo. Me dijo que esperaría a que saliera en bar de la esquina y así le devolvía su cargador, así lo hice y me asusté aún más cuando de camino a casa vi una foto en su Instagram, donde anunciaba sonriente " Ahora soy un hombre comprometido". Corté todo tipo de interacción con él , y aún así por varias semanas lo vi pasando " casualmente" por mi trabajo, justo a la hora en que yo salía.
El reflejo de arcada:
Conocí una chica en Tinder, congeniamos y las cosas iban muy bien, así que decidí invitarla a un café. Nos llevamos bien desde el principio, la conversación fluía, ella era muy hermosa y agradable y no habían momentos incómodos. En un instante dejó su café sobre la mesa, hizo a un lado su pelo y mirándome directo a los ojos me sonrió, yo sonreí de vuelta, encantado. Minutos más tarde me agaché a sacar mi teléfono para mostrarle algo y sin darse cuenta de que aún podía verla, metió sus dedos en los profundo de su garganta para provocarse arcadas. En un segundo estuve empapado en su vómito, inmóvil y en shock. Ella se disculpó y amablemente - como si no pasara nada- me preguntó si estaba bien. Sólo le contesté:- No me jodas- me levanté y corrí al baño a limpiarme, cuando volví a la mesa la chica se había ido.
La chica que cantaba "U got it bad" :
Conocí a una chica a través de Tinder, estaba a un par de horas de distancia, pero congeniamos y salimos juntas por tres fines de semana seguidos. El siguiente fin de semana, también me invitó a salir, pero era el cumpleaños de mi hermana y le dije que lo sentía mucho pero pasaría unos días con mi familia. Me respondió con la cantidad máxima de caracteres que se pueden enviar por mensaje de texto, eran como unas siete páginas. En el mensaje decía que yo había destruido nuestra perfecta relación, que Dios le había dicho que estábamos destinadas a estar juntas y que se quería casar conmigo. No respondí. Días más tarde me envió un mensaje de voz, estaba borracha, llorando y cantando "U got it bad" de Usher. Luego de cantar la canción ENTERA, dijo que aún me quería. Tampoco respondí. Poco después recibí el que fue su último mensaje, una foto de un trozo de papel en llamas, en el que había escrito "cosas pendientes".
La asesina:
Comencé a salir con una chica de Tinder, me gustaba mucho y anduvimos muy bien por un par de
semanas. Pero comenzó a bromear todo el rato sobre matarme, al principio no me incomodaba tanto, pero ante tanta insistencia con la broma, le pedí que parase. Pero no lo hizo. Me dijo que tenía una pistola en su dormitorio y me asustó un poco, rompí la relación, pero a ella no le gustó nada. Durante las siguientes tres semanas estuvo acosándome, aparecía en mi trabajo, venía a mi departamento, golpeaba la puerta por media hora y si no le respondía daba la vuelta y comenzaba a golpear la venta. Me preocupé muchísimo pero eventualmente solo se aburrió y se detuvo.
El chico en los shorts de básquet:
Lo conocí or Tinder, nos llevamos bien y quedamos para salir. Era tan guapo como en sus fotos, sin embargo cuando se bajó del coche llevaba shorts de baloncesto, no era una cita de etiqueta ni nada por el estilo, pero me chocó el echo de verle en esos shorts. Durante la velada me habló de la enorme cifra de seis ceros que ganaba al año y de como sentía lástima por un amigo suyo que era chef y solo ganaba 100.000 euros al año - lo cual no era ni la cuarta parte de mi salario anual-. Me llevó a un sitio de tacos, diciéndome condescendientemente que si quería ir a lugares caros con él tendría que ganármelo -eeww-. Comí mis tacos lo más rápido posible, ansiosa por alejarme de semejante trozo de imbécil. Mientras caminábamos de vuelta al coche me ofreció ir a su apartamento, me negué rotundamente, entonces se abalanzó sobre mí e intentó besarme. Pude sentir la erección a través de sus shorts. Mientras intentaba besarme su cuerpo empezó a temblar y sentí como algo viscoso caía sobre mi pierna, siguió intentando el beso, y yo solo lancé una gran carcajada. Se quitó de encima de mí y me peguntó si volveríamos a salir- Ni de broma- contesté y me subí a mi coche. Meses más tardes me mando un mensaje de texto preguntándome si quería follar -eeew-
La estafadora:
Mi mejor amigo no es muy avispado, conoció a una chica por Tinder, la recogió para ir a un motel y antes de entrar ella le dijo que se había dejado el bolso en su auto y le pidió las llaves para ir a buscarlo, él se las dio y se quedó esperándola, ella nunca regresó, se marchó en su auto mientras él aguardaba tranquilamente en la habitación.