Revista Salud y Bienestar
"Te miro, me miras, te acercas, hueles mi pelo, sientes mi piel, me dibujas la silueta vacía con las yemas de tus dedos.
Siento el aliento taciturno de tus deseos incontrolados debajo de mi sien.
Tus manos se vuelven en mi contra. Tu boca devora el cabello castigado por el tiempo, ajado por el desaliño, despeinado por el desamor.
Te miro, me miras, te acercas, hueles mi pelo, sientes mi piel, me dibujas la silueta vacía con las yemas de tus dedos.
Tus dedos afilados descuelgan la cinta de mi ropa interior. Me tiras en la cama, marcas tus manos en mi garganta. No me dejas respirar.
Presionas con fuerza el vientre que otrora perteneció al fruto de nuestro amor.
Te sientes bien, te crees invencible, eres mi dueño y sobre mí puedes hacer lo que quieras. Me muero por tu amor, me matarías si no te lo diera.
Te miro, me miras, te acercas, hueles mi pelo, sientes mi piel, me dibujas la silueta vacía con las yemas de tus dedos."