Revista Pareja

Amor, Parejas y algo mas...El valor de la soledad.

Por Marialaura @lauracarrizo
 
EL VALOR DE LA SOLEDAD Dentro de mi experiencia clínica, el enfrentamiento del tema de la soledad es una problemática esencialmente humana y muy recurrente dentro de las manifestaciones conductuales dentro la terapia. Pareciera ser que algo tan básico dentro de nuestra condición de humanidad, es negado, no aceptado y además evitado debido a la fantasía de dolor que emergería si asumo completamente que "soy solo".   El ser capaz de conectarse con esta sensación, con esa realidad, tiende a ser vivido con mucha angustia y en algunos casos con desesperación. Es que parece, que no hemos aprendido a ser amigos de nosotros mismos, no hemos aprendido a que dentro de nosotros están todas las respuestas que buscamos tan agotadoramente en lo externo; no hemos aprendido que nacemos solos y morimos solos y que la suerte de ser acompañados en nuestro caminar por nuestros padres, parejas, hijos, es algo que no está establecido de manera rígida, ni tenemos la vida comprada como para suponer que nuestra realidad siempre va a ser así.   De hecho, pareciera que mientras más seguros nos sentimos de algo, menos lo cuidamos y más fácilmente lo perdemos. Al perderlo nos volvemos a enfrentar a esta tremenda realidad. Estamos y somos solos y tenemos que asumir y disfrutar eso.   La soledad es una realidad afectiva que nos permite contactarnos con nosotros mismos, con nuestros más profundos sueños y conflictos. De ella tenemos que ser amigos para poder relacionarnos con los demás de manera armónica y efectiva.   Es bien sabido que los orientales tratan de "estar solos" para meditar, ordenar y planificar su estructura interna. Lo mismo se puede decir del poder que tiene la oración como vehículo clarificador, tranquilizador y ordenador de nuestras vidas.   En realidad poco importa cual sea el medio o el camino que elegimos para conectarnos con nosotros mismos, lo importante es hacerlo, es sacarnos el miedo en el que vivimos, tanto externo como interno, para llegar a nuestra esencia más profunda, para preguntarnos ¿quienes somos? o ¿cómo estamos siendo? ¿a donde queremos ir para ser felices?.   Alguien me dijo algo muy hermoso "Dios cuando nos creo, tuvo un sueño para nosotros, un sueño de felicidad".   Yo invitaría a preguntarnos si hemos descubierto cuál es y si estamos haciendo algo para cumplir el sueño de Dios, sea cual sea la idea que tengamos de él.   La mejor manera para preguntarse eso es tomar conciencia con nuestra soledad, con el silencio, porque "ese sueño" es individual, es único e irrepetible. Esto haría que nuestra vida sea una linda batalla por cumplir y realizar ese sueño aprovechando todas nuestras debilidades y fracasos.   La soledad es innegable, la vamos a experimentar toda la vida, todos nosotros somos carentes y por lo tanto nos vamos a sentir solos o que algo nos falta, no lo podemos evitar, por lo tanto asumámosla, no la evitemos llenándonos de gente, busquemos el silencio para ordenarnos y descubrir y realizar ese sueño que algunos, y también nosotros, desde niños tenemos dentro.    
Fuente: Pilar Sordo M. Psicóloga

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