Revista Literatura

Amor platónico y persistente

Por Rocastrillo @roabremeloya

 El único amor que sobrevive al tiempo, a la distancia y a la falta de contacto es ese amor platómico que Emi siente por El Principito...

    La necesidad de encontrarse con su amor platónico empezó a ser una constanteen las salidas nocturnas de Emi Abbott. Tanto, que cada vez que quedaba con sus amigas les pedía que se citaran en el bar donde trabajaba El Principito. A Wynie y a Olivia no les importaba demasiado, pero Katty se cansó de acudir, casi por obligación, al mencionado local. Llegó, incluso, a dejarla plantada en una ocasión en que habían quedado allí. Le surgió otro plan más apetecible y llamó a Emi para que se apuntara. Ésta, lejos de hacerle caso, se enfadó y empezó a gritarle como una desesperada. La relación entre ambas quedó prácticamente rota y tuvieron que pasar varios meses para que las cosas volvieran a su cauce...

                                                

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     Mientras tanto, Emi seguía emperrada en ver a El Principito en cada ocasión que pisaba la calle, pese a que no hubo nada entre ambos tras aquellos lamidos en la cara que, según afirmaba, le despertaron su instinto sexual  EL AMOR PLATÓNICO DE EMI ABBOTT . Con tal de sentir en su rostro la mirada de sus ojos azules, saludarlo y sonreírle, cualquier momento era propicio. Visitaba a su amiga Wynie con frecuencia inusitada y le pedía que se tomaran un café en el local en cuestión. El Principito, sin embargo, nunca se dio por enterado de aquel amor, aunque las visitas de Emi a su lugar de trabajo se hicieron constantes. Llegaron, incluso, a repetirse en un mismo día.

    Desde el encuentro en la discoteca, la actitud de El Principito hacia Emi siempre fue la misma. Ella llegaba al bar, acompañada de una o dos amigas, y él se limitaba a sonreír y repetir idéntica frase: “¿Qué tal estáis, chicas?”. En esos momentos, Wyniesacaba a relucir su mítica pregunta de “¿cómo te puede gustar ese tonto?", para la que Emi no tenía respuesta. Soltaban una carcajada, terminaban el café y se marchaban. Y así, un día tras otro. Hasta que, en una ocasión, Emi fue al baño y al salir, en el pasillo que separaba los servicios de las dependencias privadas de los empleados, se topó de bruces con su amor. Se quedó cortada y roja como un tomate y él, en la confusión propia de un instante lleno de nervios y mudo de palabras, tomó una de sus manos y la colocó sobre sus partes¿EL TAMAÑO IMPORTA? Y en ese preciso momento, Emi tuvo constancia que la Naturaleza había sido descomunalmente generosa con su amor platónico. Comprobó que la herramienta le llegaba a la rodilla y no pudo reprimir un alarido de satisfacción. Él enmudeció, volvió la espalda y subió precipitadamente las escaleras, como si quisiera huir...

    Su acción, lejos de apartarlo de la mente de Emiincentivó sus fantasías y acrecentó su presencia con aventuras pasionales que no pertenecían al mundo real; se desarrollaban en los impresionantes escenarios naturales del planeta que Emi había creado para él. Y por más que sus amigas intentaran disuadirla, ella seguía insistiendo en tomarse diariamente un café en el mismo lugar y con la misma intención:ver a su amado, mirarlo y sonreírle... Y él seguía igual, sin variar un ápice el saludo característico : “¿qué tal, chicas, cómo estáis?"

    Tal como ocurrió a KattyWynie y Olivia empezaron a cansarse de ir siempre al mismo lugar. Una noche, Wynie decidió dar a Emi un ultimátum. “O le metes la lengua hasta la garganta al tonto ése para ver cómo reacciona, o yo no vuelvo a acompañarte a este lugar”. Emi se negó a hacerlo y Wynie cumplió su amenaza: no volvió a cruzar las puertas del bar en cuestión en mucho tiempo. Emi tuvo que buscarse otras compañías, fundamentalmente empleadas de su revista, para que fueran con ella a ver a su amor platónico. Vivía una ilusión que no aminoraba, pero tampoco restaba protagonismo a su amor auténtico, carnal y real: el que disfrutaba junto a El PolacoHan pasado dos años y, en teoría, la historia de amor entre Emi y el Polaco ha finalizado.   AÑORANZA

    El único amor vigente para ella, el que se perpetúa en sus sueños y en sus pensamientos, el que sobrevive al tiempo, a la distancia y a la falta de contacto, es el que siente por El Principito. “Por algo -en palabras de Wynie Smith- es platónico y no real".

                                                                                                               RoCastrillo

 


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