Dos jóvenes holandeses, de 16 y 17 años, han sido expulsados del Instituto por masturbarse en plena clase. Ahora, sus padres, bajo recomendación del Director del centro, estudian si ingresarlos en un centro psicológico por “trastorno de conducta”. El momento mágico elegido por los alumnos para autocomplacerse fue la clase de literatura. Quizás bajo el embrujo del Ulises de James Joyce, que despierta sensaciones variopintas en muchos. El sexo a quien despierta es a los sentidos y el hombre, por naturaleza, cuenta entre sus instintos más oscuros con uno que le es inalienable: la curiosidad. Y es que, los chicos, compartieron con el mundo su amor por la literatura colocando sus fotos en facebook y twitter. De ahí al despacho del director y ahora a la primera plana informativa holandesa.
A nadie se le escapa la evolución de la sexualidad en la sociedad. Atrás quedaron los siglos de tabú hermético relacionado con el sexo y con todo lo que le rodea. La potente entrada de las enfermedades mortales en el mundo de las relaciones impulsó la conciencia de la información. Era necesario conocer para disfrutar sin sufrir consecuencias. Cientos de campañas gubernamentales sobre el uso del preservativo nos han acompañado durante años, a algunos desde que nacimos. Pero hay algo más allá…
El sexo despierta los sentidos y el hombre, por naturaleza, cuenta entre sus instintos más oscuros con uno que le es inalienable: la curiosidad. Es ahí donde Internet ha jugado un papel asombroso y espeluznante.
Las redes sociales, una puerta abierta al sexo
La red ha abierto millones de puertas a miles de millones de curiosos. ¿La temática predominante en la web?, sin duda alguna, el sexo. Y no únicamente en sitios web habilitados para el disfrute personal del diestro y del siniestro…
Y es que, Internet, dejó de ser hace muchos años un lugar para especialistas donde cualquier “soldado raso” podría acceder para conocer lo que los expertos dicen sobre éste o aquél otro tema. Internet es del ciudadano y el usuario ha tomado conciencia de ello a través de las redes sociales (facebook, twitter, etc…).
Fotografías y vídeos personales pueden, si así lo quiere el usuario, estar disponibles para el común de los mortales. Y así lo decidieron, cómo tantos otros, dos adolescentes holandeses de 16 y 17 años. El problema con el que ellos se han encontrado es la temática escogida para sus instantáneas: la masturbación.
La Literatura empuja la imaginación
Ambos protagonistas decidieron que la mejor manera de pasar la hora de literatura en el instituto era desde la última fila y con las manos bajo el pupitre. Quizás sugestionados por el Ulises de James Joyce… o, seguramente, por el simple fervor primaveral adolescente.
Fue esa actitud y las risas de sus compañeros las que pusieron al director del centro en guardia quien a falta de pruebas acusativas, no emprendió acción alguna… hasta ahora. Y es que, las instantáneas que captan momentos cumbres de la clase de literatura del Instituto Holandés (cuyo nombre no ha sido revelado para evitar daños en el prestigio del centro según informa el Algemeen Dagblad, periódico que ha destapado esta noticia) estaban en facebook y twitter. Allí mismo, en Internet, al alcance de muchos, pero no de todos.
Fue un compañero de clase quien, en un momento de inspiración morbosa-periodística, sacó su teléfono y captó la imagen que, ahora sí, colgó “debidamente” y en abierto en ambas redes sociales.
Internamiento en un centro psiquiátrico
La prueba salía a la luz y el director ha tomado su decisión: expulsar inmediata y temporalmente a los dos alumnos del instituto. Además, previa consulta con los padres de los menores, recomendó que ambos fueran internados en un centro de atención psicológica para su eventual tratamiento por “trastornos de la conducta”. Evidentemente, para ello, los padres deberán dar su visto bueno. Decisión que no comunicarán a los medios de comunicación por razones obvias, pero que muchos diarios sensacionalistas holandeses ya se encargan de desgranar.
El tema en internet está de actualidad y la sociedad holandesa, si bien no se ha pronunciado en exceso, los que lo han hecho, están divididos. Muchos apoyan la decisión del director del centro y claman a los cielos: “¿Cómo es posible que hayamos llegado a esto?”. Otros, sin embargo, hablan de simple chiquillada que no debería tener mayores consecuencias que una buena reprimenda verbal: “No creo que los chavales supieran las consecuencias de un acto como ese”.
Lo que parece claro es que el sexo dejo de ser un tabú hace ya muchos años y, no debe ser una sorpresa para nadie, que se encuentre en la escuela. La pelota está en el tejado del Gobierno y del Ministerio de Educación holandés. Son ellos los que pueden dejar pasar esta situación y esperar a que se produzca el temido efecto contagio en el resto de institutos holandeses o intentar no dar la espalda al sexo en la escuela.
Promover, informar y educar para que actos cómo este no vuelvan a producirse en los centros educativos del país.
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