El destino te hace vivir muchas experiencias, pero cuando llega la persona indicada, pase el tiempo que pase, volverá.
Conocí a mi amor verdadero cuando tenía tan solo 12 años, (había tenido novios de esos que se tienen cuando eres tan pequeña) él tenía 14, íbamos al mismo instituto, y por pura casualidad empezamos a hablar por la red social de esos tiempos.
Después de largas noches interminables hablando de nuestros gustos, aficiones, etc., empezó a crearse mucho cariño mutuo y una semana después nos encontrábamos uno frente al otro a la hora del recreo atreviéndonos a acercarnos…sin darme cuenta me besó, nunca olvidare nuestro primer beso, y allí estábamos empezando una historia de la que nunca sabremos cuál será el final.
Al volver me sentía confusa y no estaba segura de que estar con él era lo que quería en realidad y sin esperar más se lo dije y parecía que esa relación terminaría en ese momento.
Me paso lo que a muchas personas… cuando el hizo su vida con otra persona, como es lógico, me di cuenta de que solo estaba confundida y lo que sentía era más de lo que yo imaginaba, viviré enamorada de él hasta el fin de mis días.
Al año siguiente compartimos clase y eso era desastrosamente maravilloso. Fuimos amigos durante mucho tiempo, 5 años, y nunca hubo nada más físico que un simple beso, salidas y confesiones de nuestras experiencias interpersonales con otra gente.
A los 17 años decidí volver a mi tierra natal por distintas circunstancias, no había tenido noticias de él desde hace 2 meses antes de viajar, me fui sin billete de vuelta, sin saber si volvería… Cuando llevaba solo 1 mes fuera apareció con la tan inesperada y emocionante pregunta ¿y si te quiero en mi futuro?
No voy a mentir, no sabia que hacer, recuerdo un intenso y rápido chat con mi mejor amiga, hasta que decidí guiarme por lo que dictaba el corazón, y solo supe responder a su pregunta con otra pregunta ¿y si yo también te quiero en mi futuro? Y fue en ese momento donde volvió a empezar nuestra historia.
Tenía una misión que cumplir en mi país, moría de ganas de volver al instante para empezar eso que tanto había anhelado durante mucho tiempo, me llevaría 9 meses terminar lo que había empezado allí y fue un tiempo de ¨prueba¨ para ambos, lo superamos.
Volví y solo pudimos aguantar 2 meses separados, cada uno en su casa, y decidimos lanzarnos a la locura y empezar a vivir juntos, a partir de ahí todo fueron pasos hacia adelante, una tele, un ordenador, cosas materiales que, aunque no lo parezca nos iban uniendo, luego apostamos más alto, un gato, dos gatos (son hijos), y luego un anillo.
Ahora seguimos avanzando, a veces damos pasitos atrás, es normal, pero siempre estamos unidos, en todos los momentos difíciles de nuestras vidas y compartiendo todas nuestras alegrías.
No importa el tiempo que pase si una persona es para ti, llegara tarde o temprano.