Las relaciones entre hermanos/as están llenas de claros y oscuros.
Llama la atención sobre todo la diferencia que puede darse en las percepciones y vivencias de una misma realidad. Esto ocurre por ejemplo cuando ya de mayores se les pregunta sobre recuerdos o historias de su infancia o adolescencia.
La relación de hermanos experimenta cambios a lo largo de la vida, de manera que si se ha mantenido a pesar de las dificultades o posibles desacuerdos, se convierte en un hilo conductor de gran fuerza en la identidad personal.
Ahora que tengo dos niños pequeños, puedo ver esa relación en acción. Es algo muy divertido, pero también muy interesante porque me ayuda a ver la importancia que tienen el uno para el otro.
Sobre todo, cuando tan espontáneos como siempre, dejan entrever esos aspectos de su relación que les preocupan, les inquietan y por supuesto, les molestan profundamente.
El otro día por ejemplo, mi hija pequeña empieza a llamarme con mucha urgencia.
-¡Ama! ¡ven! ¡mira!, ven a ver lo que he hecho.
- ¿Qué has hecho?, venga, enséñame
Me lleva hasta su habitación y señala la ventana.
-¿Qué?
- ¡He subido la persiana yo sola!! y también he hecho la cama! ¿ a qué lo hago bien? Mi hermano no lo hace ¿a que no?, yo lo hago mejor. ¿ a que sí ama?
- Lo has hecho muy bien cariño- le contesto. Pero ¿por qué quieres hacerlo mejor que tu hermano? Él también sabe hacerlo y muy bien además.
Esta parte no le gustó mucho. No le convenció demasiado pero enseguida se puso a otra cosa, casualmente…jugar con él.
Situaciones como ésta son bastante habituales. Me sorprende la
Una relación de apoyo reafirma la identidad y ofrece seguridad y proteciónfacilidad con la que alternan escenas de absoluta admiración o ternura entre ellos ( cuando el mayor le oye llorar a su hermana por la noche porque tiene miedo y le coge la mano, o cuando las profesoras me cuentan que se encuentran en el patio del colegio y corren a darse un beso y un abrazo), con momentos de riña y pelea en los que seguramente harían cualquier cosa para que el otro desapareciera.
Tan pronto compiten como sienten un gran vacío sin la presencia del otro (pueden negarse a entrar en un cumpleaños si solo va uno de ellos o a hacer alguna actividad si su hermano no le acompaña).
¡Qué curiosa la relación entre hermanos! Tan cercana y tan cruel a veces. Pero siempre, en mi opinión , útil y constructiva si es cuidada y se construye desde el apoyo.
Seguramente, todas las personas que tenemos hermanos o hermanas hemos fantaseado en más de una ocasión cuando éramos pequeños en ser el único hijo para nuestros padres y sin embargo, conozco varios casos de hijos únicos que de adultos llegan a echar de menos a un hermano o hermana con quien compartir determinados momentos.
¿Por qué es importante la relación con los hermanos?
La relación con los hermanos es única, irrepetible y de gran importancia en el desarrollo social, cognitivo y emocional. Esta influencia en lo que seremos de adultos existe ya sean estas relaciones gratificantes o profundamente traumáticas.
- Identidad, pertenencia a un grupo familiar. Nos recuerdan quienes somos , el grupo al que pertenecemos y que nos acoge y acepta como somos.
- Aprendizaje de conductas. Los hermanos se convierten en modelos de comportamiento (con ellos aprendemos juegos, palabras, canciones…), nos premian con su atención o nos castigan con sus ironías e indiferencia.
- Socialización. La relación entre hermanos, especialmente entre aquellos con edades y niveles evolutivos no muy dispares, facilita la adquisición y entrenamiento de habilidades sociales y de otras estrategias que pondremos en práctica en la relación con los demás (compartir, comunicarnos de manera efectiva, guardar secretos, cooperar, competir, frustrarnos…).
- Desarrollo emocional. Aprendemos a querer y a rivalizar, sentimos celos y también apoyo emocional…
Cinco claves para construir una buena relación entre hermanos/as
- Fomentando la cooperación y no la rivalidad entre ellos. Una hermana te ayuda cuando te sientes sola en el patio y ella sí tiene amigas.
- Dedicar espacios y momentos para cada uno de ellos de forma individual.
- Evitar genera tratos diferenciadores entre uno y otro volcando nuestra atención y apoyo en uno de ellos.
- Respetar las características de ambos, su independencia el uno del otro y aceptarles tal y como son.
- No forzar una relación de amistad entre ellos sino un vínculo de apoyo y de identidad, de pertenencia a una misma familia.
Una relación gratificante con un hermano o una hermana, es una capa de protección en nuestra vida.
Una relación traumatizante, genera heridas que cuesta mucho curar y que suelen dejar cicatrices.
*Durante los próximos días estaré de vacaciones y la actividad del blog se verá un poco modificada porque reeditaré algunos de los artículos que más lecturas han tenido en los últimos meses.
Yolanda P. Luna