Revista Cultura y Ocio

Amores de Película: La gran estafa

Publicado el 26 noviembre 2014 por Águeda Lorena García González @aguedlgg

titanic si tu saltas yo salto

La culpa de todo la tiene Hollywood y sus películas de amor baratas, que nos traumatizaron a todos y a todas, con sus historias de amor perfectas donde todo acaba bien y el guapo se queda con la guapa….

Ni vosotros vais a encontrar a Lara Croft, a Julia Roberts a la Cameron Díaz, (o la que sea que os guste) ni yo voy a encontrar un Jared Leto, un George Clooney un Leo Di Caprio que me abrace en la proa de un Titanic ¡Y aquí no ha pasado nada!

Si en tu más tierna infancia soñaste con vivir una historia a lo Romeo y Julieta y siendo adolescente querías era un novio a lo Edward Cullen (Crepúsulo… esos ojos cautivaron a medio planeta aunque fuesen lentillas) y ya con 30 buscabas algo así como un “novio al rescate” tipo Richard Gere en Pretty Woman….

crepúsculo

Y ya ni hablemos de Clark Gable en “Lo que el viento se llevo” que las abuelas lo siguen flipando y se les sigue cayendo la faja cada vez que ponen esa peli… (Eso era amor y lo demás son tonterías… ¡que hombre!) Aquí el hombre tenía mala leche… pero estaba “perdidamente enamorado” de Scarlata O´hara. Menos al final, que él que la manda a paseo con frases que han quedado para la posteridad

lo que el viento se llevó

Pues habrás comprobado que los novios de película sólo se encuentran ahí… En una sala de cine y cuando la pantalla pone FIN el chico desaparece y te quedas con tu “novio de pacotilla” que ronca por las noches, que come chorizo Revilla y que lo más romántico que ha hecho por ti, ha sido comprar una rosa al chino de la esquina…(o al que va de bar en bar, que para el caso es lo mismo).

Los guapos del cine han hecho mucho daño a nuestro corazón… porque éstas y otras muchas “pelís” nos muestran hombres atentos, seductores, inteligentes, ricos, guapos ¡Vamos guapos no, lo siguiente!

Y si a esa belleza física le sumamos esa belleza intelectual, ese romanticismo épico y esa perfección masculina en toda su extensión… ¿Qué vamos a pensar de los hombres que nos encontramos por la calle?

¡Pues que no le llegan ni a la suela del zapato! claro está. Los pobres chicos lo saben y por eso quieren imitar a alguno de esos “dandys” que tanto han triunfado en el amor o por lo menos han batido records en conseguir noches de cama.

Ahora se lleva mucho el rollo Cristhian Grey (que lo están flipando un poco y se creen que lo de los “azotes” nos mola a todas) porque claro, ¡lo tiene todo! Desde un helicóptero privado para llevarte a cenar a Seatle, o pasta para regalarte un descapotable o pasta para…. Sí…además de estar buenísimo lo que más tiene es pasta (chicas no vayáis de pobretonas…que todas somos parecidas o iguales y a nadie le disgusta que le regalen un diamante de 18K).  Es cierto que yo a Grey le hubiese permitido casi…casi cualquier cosa.

50 sombras

Me estaba acordando de un trauma infantil (sí todos tenemos alguno, no finjáis no recordar) que se me ha quedado en la cabeza para “secula seculorum” y es que siendo yo una cría de primaria me toco ver un espectáculo del gran Raphael (Sí, el de “yo soy aquel” o “Como yo te amo”) Y recuerdo a todas las cuarentonas lanzando al escenario docenas de bragas y sujetadores… que sí, muchísimo antes que Jesulín (torero de mujeres por excelencia). Creo que fue en ese preciso momento de mi infancia cuando entendí el significado de la expresión “fenómeno fan”.

En fin, que todas soñamos con una historia de amor de película (o con un novio del mundo de la farándula o futbolista de primera división) y por supuesto el chico tiene que ser de película también. El problema es que la realidad supera a la ficción y en este caso no es que no la supere, sino que la realidad es que los “protas” de esas “pelís” son más falsos que los billetes de 150 € (es decir, no existen).

 Por lo tanto, a la hora de ver una película romántica y fijarme en sus protagonistas, intentaré que no me afecte demasiado a la hora de comparar a los chicos de la calle (que es a lo que puedo aspirar…mientras no sea una bloguera de renombre y me contraten de super columnista en VOGUE…) con los chicos de la gran pantalla o del papel “couche”.

 Y vosotros lo mismo chicos, que seguís pensando que vuestras novias deben ser dignas de una contraportada del MARCA y no, la realidad es que somos bajitas (a veces muy altas gracias a nuestros super tacones), nuestras medidas no son redondas ni acaban en 0 (90/60/90) no tenemos alas como los “ángeles de Victoria Secrets” y de vez en cuando vemos el “Sálvame Deluxe”.

Así que no me queda más remedio que admitir que las historias de amor de la gran pantalla y los guapos y guapas que salen en ellas, sólo han servido para que aspiremos a cosas que no podemos tener, no por que no nos lo merezcamos (que yo por merecer estoy segura de que de Brad Pitt no bajo…ni coña) simplemente no existen ni van a existir los novios perfectos que a todas nos roban el sueño o que de vez en cuando se apoderan de ellos (¿quién no ha soñado con Matthew Mcconaughey como futuro padre de sus hijos?)

Y ya solo espero que las historias de amor que me toquen vivir sean una mezcla entre “peli serie B” (ANTENA 3 los sábados por la tarde) y una telenovela en plan “Pasión de Gavilanes”.

Que para el caso el prota de mi historia será el camarero de algún bar, el “controller” de alguna empresa, el químico de la otra, el peluquero de mi barrio o el instalador del gas…. El amor (como dice mi peli favorita) “El amor está en todas partes”.


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