Revista Cultura y Ocio
Amos del mundoAlberto PérezISBN: 978-84-686-5161-3Formato: Digital– 394 Págs Editorial: Bubok
John Wiltman y Gordon Stackhouse son dos afamados y millonarios brokers de Wall Street. Su ambición y su deseo de convertirse en multimillonarios les lleva a especular con todo tipo de productos y mercancías. Gobiernos, empresas, bancos,...todo el mundo desea invertir con ellos por sus recurrentes expectativas de ganancias.
La recuperación de una fórmula secreta ideada en tiempos de la URSS para evitar hambrunas, y sus posibilidades de comercialización, hará que crucen el mundo para adquirir sus derechos. En el trayecto, sin embargo, todo se complicará cuando conozcan el auténtico impacto que sus negocios tienen en la gente normal.
Últimamente acepto muy pocas novelas de las que me proponen. La verdad es que desde hace unos meses no consigo mantener el ritmo de antes y por eso las únicas que llegan a mis manos finalmente son novelas negras, thriller, terror o fantasía. Lo que más me gusta, básicamente. Y tras haber leído hace poco El enigma de Rania Roberts, centrado en Wall Street, me apetecía volver a encontrarme con el mundo de las inversiones.
Sin embargo, creo que a día de hoy se utiliza el término thriller demasiado a la ligera. Si buscamos la definición del género, se supone algo que genera suspense e intriga con una trama criminal o judicial. Es cierto que en los últimos tiempos han evolucionado las cosas y ya no depende del ámbito que trate siempre y cuando la historia sea tensa y mantenga una intriga con acción. Eso esperaba encontrarme en Amos del mundo.
Sin embargo, creo que el resultado final es más una obra dramática y reivindicativa. La historia comienza presentando a los dos protagonistas, grandes lobos de Wall Street que apuestan al máximo por inversiones de riesgo, dando grandes beneficios. Una vez que nos metemos en materia, vemos que realmente se trata de trafico de intereses: información confidencial que les indica cuando vender, o incluso manipulación de situaciones límite para salir beneficiados.
Aquí es donde empieza a introducir personajes al otro lado del mundo, en una antigua republica soviética, que trabajan en un laboratorio desarrollando productos de interés para el gobierno. Los caminos de ambos se cruzarán y ahí comienza la caída para todos…
No quiero extenderme demasiado porque es una novela que se lee en dos tardes, rápida aunque no exactamente adictiva. Mis problemas empezaron casi a la vez que introduce el tema de los laboratorios, donde he encontrado muchos fallos. Para empezar, es prácticamente imposible desarrollar un producto una sola persona. La mayoría de las veces se requieren años de trabajo y equipos que van hasta las 20 personas, no solamente un químico y una becaria.
Además, el tema de los fertilizantes y antibióticos para plantas no lo llevan a cabo los químicos, sino biólogos y bioquímicos principalmente. Y por otra parte, el paso de escala laboratorio a industrial (que es a lo que me dedico yo) requiere varios años y muchas pruebas. Es cierto que soy muy quisquillosa a la hora de evaluar la parte científica de una novela, pero creo que en este caso se trata de datos básicos que no he podido pasar por alto.
En cuanto a los personajes, me parecen correctos aunque he encontrado algunos comportamientos que no me cuadran dentro del contexto. Por ejemplo, el personaje de John Witman es adecuado, aunque sus actos finales en Ucrania no me cuadran. Tampoco al principio me convencía la joven química, aunque luego le haya encontrado al punto. Sin embargo su jefe con la timidez extrema y la venganza que lleva queriendo llevar a cabo; o Gordon con su vida al máximo y la ambición extrema, me han parecido muy convincentes.
En cuanto a la narración, me ha dado la sensación de ser irregular. En ciertos aspectos se alarga mucho mientras que en otros va demasiado rápido. Abundan los diálogos, algunos de los cuales no son del todo creíbles. Esto ha hecho que lea a trompincones, estancándome en algunas partes y volando en otras.
El final es bastante intenso, donde se concentra todo el suspense y la acción de la novela. Y también una cierta carga dramática, que llena estas escenas de potencia. Aunque de alguna manera también hay ingenuidad, como en algunas películas donde salen las cosas como deberían de ser en un mundo que funcionara correctamente. Donde la corrupción no fuera tapada con mas corrupción y lo que descubra un periodista no terminara sin publicar por intereses.
En definitiva me ha parecido una buena historia para una película, aunque como novela puede que requiera un cierto pulido. Sin embargo, se deja leer bastante bien y serán unas horas que disfrutareis de los ambientes de altos inversores y maquinaciones en la sombra, aunque sin profundizar demasiado en el tema.