Amundsen; Odisea Polar

Por Miguel Benitez.

Desde siempre el ser humano ha querido protagonizar empresas para expandir sus propios límites. Dar la primera vuelta al mundo, cruzar volando el océano Atlántico, llegar a la cima del Everest… Hasta que en 1969 se le queda pequeña La Tierra, llevando esos límites al satélite terrestre. Porque además no cuenta solo el conseguirlo, lo importante es ser el primero. Y Roald Amundsen fue uno de esos hombres que consiguió engrandecer la figura del ser humano, llegando donde nunca nadie había llegado antes.

No es la primera vez que Espen Sandberg está al frente de una película sobre un personaje célebre noruego. En 2008 codirigió Max Madus, un biopic sobre este líder de la resistencia noruega durante la Segunda Guerra Mundial. En 2012, también codirigió Kon-Tiki, película sobre el explorador Thor Heyerdahl. En este tercer proyecto biográfico, dirige en solitario el relato de uno de los personajes noruegos más celebres de la historia, Roald Amundsen. Y la película, a pesar de los fallos, se sostiene.

La historia está contada casi en su totalidad en pasado, a través de una conversación que mantienen Bess Magids, amante de Amundsen; y Leon Amundsen, hermano del mismo. Se empieza narrando la infancia de Roald y como comienza su obsesión por los polos, hasta llegar a todos los logros que consiguió como explorador, destacando las expediciones en las que, por vez primera, se alcanzó el Polo Sur y se sobrevoló el Polo Norte. Como biopic, la película consigue un trabajo notable, retratando fielmente como fue la historia del ilustre noruego.

El primer acto, desde su niñez hasta la llegada al Polo Sur es emocionante, una odisea sobre la nieve para conseguir llegar antes que los ingleses a esas tierras inexploradas. El miedo a lo desconocido y las inclemencias de la naturaleza aparecen como los principales antagonistas. Sin embargo, después de esto, la falta de ritmo narrativo y el exceso de metraje le pasan factura, haciendo que el segundo acto se torne en un relato aburrido y frío.

La fotografía de los paisajes nevados es preciosa y está muy cuidada, siendo un fiel reflejo de la soledad inherente a esos inhóspitos lugares. La banda sonora, sin tener un protagonismo excesivo, es correcta, y sabe enfatizar los momentos más emocionantes del film. Pål Sverre Hagen hace un gran trabajo encarnando a Amundsen, logrando además un considerable parecido físico.

En muchas ocasiones nos encontramos obras biográficas que se afanan en encumbrar y mitificar a los personajes que retratan. Sin embargo, Amundsen es un biopic que se muestra muy crítico con la figura del explorador noruego. Se retrata a Roald Amundsen como una persona fría y distante, siempre buscando su interés personal, obsesionado con llegar más lejos que nadie. Además, subyacen temas como la importancia del legado y del valor de ser el primero, la historia ha demostrado que nadie se acuerda del segundo. Y seguramente se podrá cuestionar ese comportamiento maquiavélico para conseguir lo que consiguió. Pero logró ser el primero. Y es su nombre el que aparece en los libros de historia.