Revista Cultura y Ocio

Ana Lena Rivera. Las herederas de la Singer

Publicado el 11 abril 2023 por Juancarlos53

«Mírame —dijo Olvido mientras volvía a sentarse—. A ver si aprendes de una vez que en esta vida las mujeres estamos para ver, oír y callar. Sobre todo callar. Tu padre es tu padre, el que se desloma picando carbón doce horas al día para traer el dinero a la casa y que tú puedas vivir como una señorita. Él es el que manda aquí, y no te voy a permitir que le faltes al respeto. Tú estás para servirle y para rezar por que no se lo lleven al frente. Así que ni se te ocurra repetir lo que has dicho hace un momento. A nadie. Jamás en tu vida. Tú a callar y a obedecer. ¿Lo entiendes?.»

Las herederas de la Singer, novelas de mujeres escritas por mujeres para mujeresNo hace mucho que María Torregrosa, excelente y antigua amiga mía, me regaló esta cuarta novela de Ana Lena Rivera (Oviedo, 1972), la primera de una nueva etapa narrativa suya tras la trilogía de novela negra protagonizada por la investigadora Gracia San Sebastián (Lo que callan los muertos, 2019; Un asesino en tu sombra, 2020; y Los muertos no saben nadar, 2021). Curiosamente, el año pasado había barajado yo el nombre de la escritora en mi afán por culminar el Reto Autores de la A a la Z del blog Lecturápolis en el que desde hace años participo y con el que disfruto mucho. Para la letra L pensé precisamente en ella, en Ana Lena Rivera; sin embargo, ahora no sabría decir bien por qué, no acabé leyendo ninguna obra suya al cruzárseme por el camino otro autor, concretamente Hervé Letellier y su sorprendente novela La anomalía. Pero en esta ocasión, al tener en mis manos Las herederas de la Singer, que María me había hecho llegar me dije:«este año sí que sí». Y así ha sido.
 Sinopsis (proporcionada por la propia editorial)Las herederas de la Singer cuenta la conmovedora historia de las mujeres de una familia ligadas a una máquina de coser que custodió un secreto durante cuatro generaciones.
El día que la joven Aurora se vio obligada a trabajar en la mina tras el accidente de su padre, se juró a sí misma hacer lo que fuera necesario para salir de aquel infierno.
Un matrimonio sin amor y la máquina de coser Singer de segunda mano que recibe como regalo de bodas le proporcionarán una nueva forma de salir adelante, hasta que un terrible suceso convierte la Singer en la única prueba de la amenaza que la perseguirá toda la vida.
Muchos años después, la complicidad que teje con su bisnieta Alba desvelará el secreto que ha planeado sobre las mujeres de su familia.
He leído con mucho agrado esta novela de medio millar de páginas en la edición DeBolsillo del grupo editorial Penguin Random House. Como se ve en la fotografía que encabeza esta reseña el volumen que he manejado viene con el marchamo en portada de 'best seller'. ¿Es un best seller Las herederas de la Singer? Sí, claro que sí. Mucho he reflexionado yo sobre la bondad, acierto o desacierto de este concepto. Y siempre, tras el oportuno ejercicio, he llegado a la conclusión de que un éxito de ventas (eso es en definitiva un best seller) no equivale por definición a buena o mala literatura. Que este paraguas acoge un variopinto grupo de obras es cierto: para algunos -frecuentemente los no muy lectores- "best seller" equivale a literatura de mala calidad; y para otros, en mi opinión también equivocadamente, las novelas que llevan este sello son siempre buenos libros. Pues, ni lo uno ni lo otro. Hay éxitos de venta magníficos y los hay deleznables. Los no muy lectores se escudan en él para justificar su alejamiento de ciertos títulos; de este modo pretenden mostrar su exquisitez, consecuencia de la cual se dejan por el camino lector obras magníficas que han tenido el acierto de aunar en sí mismas calidad y aceptación popular. [sobre la cuestión 'best-seller' recomiendo la lectura de la conferencia que en un yalejano año 2009 dio en Getafe el poeta José Luis Morales y que yo reproduje en el blog. Se puede consultar AQUÍ]
En el caso de Las herederas de la Singer de Ana Lena Rivera la aceptación popular -25.000 ejemplares vendidos reza el fajín promocional que envuelve cada volumen- viene dada por el asunto que toca (el empoderamiento femenino) muy de actualidad ahora mismo en nuestro país y en el mundo occidental; pero también la aceptación popular estriba en el enorme acierto que Ana Lena ha tenido con la estructura que ha dado a la obra: un puzle desordenado en el que las cuatro o cinco generaciones de mujeres que protagonizan el relato aparecen y desaparecen, mezclan sus experiencias vitales en la mente del lector al presentarse éstas en estudiado desorden temporal.  Este aparente desorden desconcierta un tanto al principio, al sucederse los nombres de las mujeres y las fechas dispares que los acompañan sin manifiesto orden alguno. Sin embargo, al ser una prosa ágil la que sale de la mano de Lena Rivera, las páginas pasan rápido y en poco tiempo quien lee la novela tiene clara la sucesión genealógica de esta saga de mujeres que comenzó con Olvido casada con el minero Frutos; siguió con Aurora, auténtica protagonista individual de la narración, casada con Paulino al que se unió sin amor alguno; tras ella, su hija Águeda, que se casa con el bueno de Jesús y marchan a vivir en Oviedo; Ana, hija de estos dos, es la que da el salto socio-económico de la familia al casar con Carlos Fresno; y por último, Alba, de nombre simbólico, igual que el de Aurora, y que, como ella, marca un antes y un después en el camino de la definitiva emancipación de la mujer.
Junto a estas cinco mujeres hay otras que, aunque fuera de este entorno familiar, tienen también su importancia en el relato (Florita, amiga de Águeda; Ramona, amiga de Aurora; Deva, amiga de Alba; etc.). Y junto a todas ellas marcha la propia Historia del mundo en el que estas mujeres viven. Un mundo en el que los grandes episodios nacionales y universales marcan los tiempos: la revolución del 34, la Guerra Civil, el primer franquismo con su fuerte represión y sus mentiras, la llegada del hombre a la luna, La muerte de Franco, la iglesia del Palmar de Troya, la muerte de Félix Rodríguez de la Fuente, el movimiento LGTB, el auge del feminismo...
La trama se presenta a lo largo de 22 capítulos distribuidos cada uno de estos, a su vez, en un variable número de secuencias encabezadas con el nombre de una de las mujeres que intervienen en la historia (Olvido, Aurora, Águeda, Ana, Florita, Alba). De todas ellas son Ana, Aurora, Alba y Águeda, quienes soportan y protagonizan el mayor número de secuencias. Unas secuencias que en su estructura individual parecen relatos independientes; quizás, por ello, la fecha que sigue en el encabezado a cada uno de los nombres propios se hace imprescindible para no perderse. Quien narra, salvo en los rotulados con el nombre de Ana, contados por ella misma en primera persona, es un narrador externo de tipo omnisciente en tercera persona. Este juego de un narrador en primera junto a otro en tercera le sirve a la escritora para ir introduciendo poco a poco la idea de una novela que está siendo escrita por uno de los personajes, Ana, y protagonizada por su abuela Aurora, sin duda alguna el personaje principal de toda la historia. 
Se achaca a la novela de Ana Lena Rivera ser la obra de una mujer sobre una historia de mujeres destinada a un público formado fundamentalmente por mujeres. Desde mi propia posición de lector masculino no creo que esta afirmación sea del todo exacta, aunque sí que encierra algo de verdad: el autor es mujer, la historia lo es de mujeres y cierto es también que está siendo leída mayoritariamente por mujeres. Esto, naturalmente, no es mejor ni peor. Como lector hombre sí que he visto a los de mi sexo un poco como personajes comparsa, es decir, con poco protagonismo en la trama y que, cuando lo tienen, no destacan precisamente por su bondad. En Las herederas de la Singer los hombres que aparecen cubren todo un amplio abanico de comportamientos censurables: abusan de sus hijas, se emborrachan con asiduidad, esconden vergonzantemente su homosexualidad, se echan amantes de las que abusan y satisfacen exclusivamente con dinero, violan a sus subordinadas laborales, se juntan en manada y practican violaciones grupales... En fin, unos joyitas. Por contra, frente a estos especímenes, las mujeres son más amables, cuidadoras de ellos  y de sus hijos, practican la sororidad, se machacan hasta el extremo para llevar dinero a la casa y sacarla adelante, son receptivas a los avances sociales especialmente en lo tocante a las nuevas relaciones interpersonales, se reinventan constantemente en positivo... Sólo hay un hombre, Carlos Fresno, que sirve de eslabón entre ambos sexos; es a través de él que el mundo originado en la mina se une al de la ciudad, ayuda siempre a su esposa Ana a pesar de que la relación ya no sea como al principio, atiende siempre las demandas de todo tipo de su hija Alba... En fin, Carlos es el prototipo de hombre ideal; cierto es que para alcanzar este ideal el dinero ayuda mucho, mucho. Así lo reconoce la propia Alba en conversación con su amiga Deva quien ante una misma experiencia traumática reacciona de manera totalmente diferente:
«—La diferencia entre tú y yo es que yo puedo hacer lo que hago porque tengo los medios y el apoyo para hacerlo. Mi padre ha puesto a mi disposición fondos ilimitados para meter a esos cabrones en la cárcel. Hemos nacido en familias distintas. No tiene nada que ver con cómo eres.»
De entre las cosas que me han agradado de esta novela destacaría el asturianismo que destilan muchas de sus páginas presente en la geografía por donde se mueven los personajes (Mieres, Gijón, Oviedo) y en varios vocablos incrustados en el castellano como candar (cerrar), solmenar (sacudir), frisuelos (tortas dulces semejantes a las crepes), cascayu (juego infantil de la rayuela), cachopo, etc. También me ha encantado ver a estos personajes moverse por los espacios que yo habito: Madrid, Las Rozas, el polígono de Európolis, etc.
Para finalizarNovelas feministas actualesLas herederas de la Singer es una novela que se lee muy bien, que captura al lector desde la primera página de las 500 que tiene. Una novela que me atrevería a encuadrar dentro del costumbrismo de hoy; un costumbrismo que habla de penalidades socio-políticas, de abusos laborales y sobre todo de abusos sexuales y violaciones. Un costumbrismo que pone su punto de mira en el ámbito femenino de ayer, de anteayer y de ahora mismo. Una novela que se abre con alegría al futuro positivo que se adivina para la mujer en nuestra sociedad y el mundo en general. 
Ana Lena Rivera  ha escrito una historia feminista que repasa la vida de cinco generaciones de mujeres desde los albores del siglo XX hasta el año 2022. Son mujeres valientes que salen adelante con arrojo y determinación. A lo largo del siglo largo en que estas mujeres viven, las circunstancias sociales van cambiando y los problemas comunes a ellas, sea cualquiera la época en que sucedan, los van afrontando de modo diferente, pero siempre con muchos bríos.En definitiva esto es la novela: un recorrido por la Vida, la vida de cuatro o cinco generaciones de asturianos. Unos asturianos hembras. pues el foco está puesto en las mujeres
«Recorrieron la calle donde estaban la casa de Aurora y la de Ramona, en pie y deshabitadas, y solo bajaron del coche para visitar las tumbas de todos los que formaron parte de la vida de la bisa: la de Paulino, la de Frutos y Olvido, la de Ramona, su madre y sus hermanas, y la de Florita y Herminia.»
Una lectura y una autora que recomiendo vivamente a cualquiera, que entretiene y enseña tanto por lo que cuenta como por cómo lo cuenta. Desde luego no será la única novela que lea de esta escritora asturiana afincada en Madrid.
Ana Lena Rivera, Novela negra, Novela costumbrista
Ana Lena Rivera. Las herederas de la Singer

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