Ana Mencey es una malagueña de cuarenta y tres años licenciada en Periodismo. Ha dirigido y presentado los informativos de varias cadenas de radio y televisión locales de Granada durante diez años. Después se centró en la crianza de sus niños mientras se acercaba a su verdadera pasión: los libros. Se ha formado como correctora de textos y como maquetadora; pero lo que ella siempre ha querido es dedicarse a escribir historias de amor, de cualquier género: contemporánea, ciencia ficción o fantasía. Tiene varias novelas escritas y, con La mejor jugada ha conseguido el XII Premio Internacional HQÑ, lo que supone un gran impulso en su carrera como escritora profesional.
P.- ¿De qué trata La mejor jugada?
La mejor jugada es una historia de amor ambientada en la liga española de baloncesto. Comienza cuando la protagonista, Lily, consigue el puesto de responsable de prensa del equipo del que es hincha desde pequeña. Parece un momento muy dulce, pero pronto descubrimos que no es así: después de cinco años de matrimonio no quiere reconocer que su marido no la trata nada bien y además, siente que ha fracasado como escritora, que es su auténtica vocación. En su nuevo puesto de trabajo conocerá a gente muy interesante y se le plantearán una serie de retos, tanto en el ámbito sentimental como en el profesional.
P.- Háblanos de Lily, ¿por qué la caracterizaste así?, ¿es ella quien cuenta la historia?
Lily es la gran protagonista de la novela, porque ella es la encargada de la narración. En mi opinión, es un personaje entrañable, ya que alterna inseguridad con determinación, y por muy feas que se pongan las cosas, siempre tiene a mano un chascarrillo mental que le permite salir del atolladero en el que se encuentra. Ella es periodista, aunque su auténtica vocación es la escritura, algo para lo que no tuve que documentarme porque es lo que me sucede a mí. El toque original es que Lily se adentra en el periodismo deportivo, que es un ámbito donde todavía hoy hay una predominancia masculina apabullante. Encima ella tiene que lidiar con un equipo de baloncesto, donde encontrará de todo: hombres buenos, hombres que no son tan malos como parecen y hombres malos malísimos hasta el final.
P.- ¿Hay personajes reales?
Los dos jugadores principales de la historia, Brandon y Travis, están basados en dos componentes del Unicaja de Málaga, equipo que inspira al Club Baloncesto Malac de mi novela. Por supuesto, como no conozco a estos jugadores personalmente, ni tengo idea alguna de cómo son en realidad, solo usé su físico para inspirarme, nada más. El resto de personajes son inventados por completo.
P.- ¿Por qué has querido hablar del baloncesto?, ¿en qué medida te documentaste? ¿qué significa el deporte para ti?
Cuando comienzo a escribir una historia, tengo que asegurarme de que vaya a tratar sobre un tema que me apasione, porque sé que voy a dedicarle muchísimas horas de mi vida. Creo que todos los escritores somos un poco obsesivos, y mientras dura el proceso de creación, tanto los personajes como la trama nos acompañan a todas partes, así que mejor escribir sobre algo que te guste mucho. Yo no soporto el fútbol, pero me apasiona el baloncesto. A mi marido le encanta la NBA; a mí me gusta más la liga española, la ACB; y mi niño de diez años quiere ser jugador profesional de mayor, así que, como ves, estamos un poco obsesionados con el tema. Sin embargo, he de decir que no hay muchísimo baloncesto en la novela; digamos que este deporte actúa más bien como el contexto donde se desarrolla la historia de amor, que es lo verdaderamente importante.
P.- Has ganado el XII Premio Internacional de HQÑ. Lo primero, enhorabuena, lo segundo. ¿Qué supone para ti este premio?, ¿te ha dado impulso para seguir, sin miedo, por este camino de la escritura?
Muchas gracias. Decir que el Premio ha supuesto un impulso en mi carrera como escritora es quedarse corto. Llevaba muchos años intentando publicar y no lo conseguía, así que me había dado un ultimátum a mí misma: si no ganaba este Premio, aparcaría el sueño de ser escritora, al menos de forma profesional. Ya había decidido que opositaría. De hecho, estaba limpiando el frigorífico de mi casa porque si iba a estudiar no iba a disponer de tiempo para esas cosas, y recibí la llamada de la editora diciendo que había ganado el concurso. Fue el momento profesional más importante de mi vida: era la primera vez que alguien que no era de mi familia o un amigo me reconocía que lo que yo escribía era bueno.Y además me iba a publicar una editorial tan potente como HarperCollins Ibérica. Así que el Premio ha supuesto para mí la oportunidad de seguir apostando por lo que realmente quiero, que es vivir de la escritura.
P.- Sobre el romance deportivo, ¿qué tiene que tener, según tu opinión, una buena novela de este género para que te guste como lectora?
Te voy a decir lo que creo que no debe tener: muchísimos clichés. Es muy difícil evitarlos todos en una novela romántica y, si aparecen algunos, no pasa nada. Pero cuando son demasiados, la historia se vuelve previsible. Por eso quise que Brandon, el protagonista masculino, no fuese la típica estrella del baloncesto que resulta inaccesible. En cuanto a Travis, que sí se ajusta más a ese perfil, evoluciona de una manera sorprendente porque el personaje se me escapó de las manos y fue cobrando vida propia a lo largo de la historia. Lo que quiero decir es que el romance, también el deportivo, no es un género diferente a los demás: debe tener giros inesperados, personajes que evolucionen y finales sorprendentes. Y por supuesto, como con cualquier otro género, me gusta no solo disfrutar de la historia, sino de que esté bien escrita. A mí, como escritora, me vino genial formarme como correctora de textos, porque aunque nunca he ejercido, aplico todo lo aprendido a mis novelas.
P.- ¿Qué te gusta leer además de novela romántica?
Yo leo mucha novela romántica por placer, porque es lo que me gusta de verdad. También siento debilidad por la fantasía. Me encanta cuando ambos géneros se fusionan y leo mucha fantasía romántica. Pero como escritora me obligo a salir de mi zona de confort para intentar enriquecerme. Acabo de terminar a Murakami, con La ciudad y sus muros inciertos, porque cada vez que leo a este autor, después tengo la sensación de que escribo con mayor fluidez. Leo ensayo, poesía y manuales de escritura. Un poco de todo.
P.- Tienes dos niños pequeños, y sabemos lo que eso significa. ¿Cuáles son tus hábitos a la hora de escribir?, ¿en qué momento del día escribiste La mejor jugada?
Escribí La mejor jugada el verano pasado, y como tú dices, al tener dos niños pequeños, tenía que compaginar mis horarios de escritura con su cuidado. Eso suponía levantarme al alba y cruzar los dedos para que se levantaran lo más tarde posible. Por la tarde, mi marido se los llevaba a la piscina, y los fines de semana, mis padres y mi hermana acudían al rescate. Estoy muy agradecida a toda mi familia, porque antes de recibir el premio, ellos ya me trataban como si fuera una escritora profesional. Para terminar el libro, mi marido se llevó a mis niños de viaje y pude disponer de dos días enteros que aproveché con jornadas de escritura de nueve horas seguidas, apenas paraba para comer. Al final me dolía todo, hasta las yemas de los dedos, pero tenía una sensación de felicidad absoluta. Es que escribir es algo mágico.
P.- Es tiempo de ferias y encuentros literarios. ¿En qué eventos importantes has estado o vas a estar?
Aunque mi libro aún no se ha publicado en formato físico, este fin de semana pasado ya participé en FUROM 2024, el encuentro de novela romántica que se celebra en Fuengirola y que reunió a trescientos participantes. Fue una experiencia maravillosa donde pude conocer a muchas compañeras de profesión a las que les apasiona lo mismo que a mí. Tengo previsto ir a Huelva Romántica, que se celebra en octubre. Y me apuntaré a todos los eventos literarios que pueda, porque ahora mismo la promoción de este libro con el que me he llevado tantas alegrías es mi prioridad.
P.- Se acerca el verano. ¿Qué tipo de lecturas sueles leer?, ¿las que tienes pendientes durante el año, clásicos, lees más en digital o en papel?, ¿cambian de alguna forma tus hábitos lectores?
A mí no me influye la época del año para leer. Prefiero el papel, pero últimamente lo reservo para aquellos libros que me han gustado tanto que quiero que estén en mis estanterías. Eso quiere decir que casi siempre leo en digital, por razones pragmáticas: es más barato, ocupa menos espacio y aunque suene un poquito a lo que diría una abuelita, puedo poner la letra lo grande que quiera. Yo utilizo muchísimo eBiblio, el servicio de préstamo gratuito de libros electrónicos, que me parece algo demasiado bueno para ser verdad. Y también hago uso, cada vez más, de los audiolibros; el colegio de los niños está un poco lejos y me parece una forma perfecta de aprovechar el tiempo durante el camino de vuelta.
P.- Escribes novelas de amor, ¡vamos a por ellas! ¿Podrías recomendarnos tres novelas escritas en habla hispana y otra tres que sean extranjeras?
Comienzo con las extranjeras. Como buena fanática de Jane Austen, voy a recomendar a Elisabeth Gaskell, por si alguna lectora todavía no la conoce y quiere disfrutar de otras muestras deliciosas de la literatura victoriana. Norte y sur es muy conocida, pero tiene muchas más. Volviendo a la actualidad, propongo La vida invisible de Addie Larue, de V. E. Schwab, y Cariño cuánto te odio, de Sally Thorne (este último es archiconocido, pero es que me encanta). En cuanto a autoras de habla hispana, escojo a la gran Alice Kellen con Donde todo brilla. Y termino con dos de mis lecturas más recientes: Corazón en fuera de juego, de Nira Strauss y el Manifiesto por los finales felices, de una compi de HQÑ, Arwen Grey.
🔻🔻
¿DÓNDE ENCONTRARLA?