Revista Opinión
Pese a que los conservadores sean especialistas en untar a los medios, a fin de que bascule la pluma hacia su flanco, no son por el contrario hábiles oradores de su salmodia cuando ellos mismos la deben recitar. Especialmente cuando se trata de asuntos sociales, la jauría conservadora ladra desafinada, chirría; vamos, que se le ve el refajo atávico de su autismo clasista.La última perla la ha protagonizado la señora Botella (Ana en su casa, la Botella en la nuestra), que ha salido al ruedo mediático vestida de hábito berlanguiano, señorona de las de antes, piadosa cristiana, henchida de caridad católica: ¡Venid a mí aquellos que estáis agobiados, que mi Ayuntamiento os confortará! Aunque no cobréis, por lo menos no estáis por la calle, maleando. Que nadie diga que no pensamos en la clase trabajadora. Porque tenedlo claro, quien no trabaja es porque no quiere. Un sacho le daba yo a quien se queje... y dos hostias (consagradas, por supuesto). Lo que España necesita es un Aznar con 20 años. Mi Jose Mari los iba a poner a todos...Ramón Besonías Román