LAS POETAS NO SOMOS MALDITAS
somos desgraciadas
fallidas, putas
depresivas, castas
anoréxicas
suicidas, locas
alcohólicas
tan fácilmente ignoradas.
Nosotras no somos malditas
que suena heroico, romántico
señala a un rebelde, un elegido.
Nosotras no somos malditas
ni tampoco podemos ser benditas.
Nosotras somos la excepción
de la excepción
y todas las categorías
pasan de largo
o se nos quedan cortas.

Para Felipe Zapico
MI PADRE LUCÍA JUNTO AL OMÓPLATO
una esquirla de metralla.
Apenas un niño cuando los aviones
atacaron al ganado que cuidaba
y que nunca sirvió de suministro
para los soldados republicanos.
De pequeña yo jugaba con ella
la desplazaba unos milímetros
con mi dedo omnipotente.
Y al tocarla escuchaba los aviones
veía a los terneros reventados
-el terror en sus ojos suplicantes-
y un niño al que la muerte
marca con su hierro.
Mi padre cargaba en sus espaldas
una guerra que no terminó nunca.
Ana Pérez Cañamares. El espejo discreto. Pre-Textos, enero de 2018. Premio Vicente Núñez Diputación de Córdoba.